Ángel

Capítulo XXXIV

Final del maratón

-Thomas- Le toca el hombro a su amigo para que despertara, se había quedado dormido en la mesa- Thomas, despierta- Su amigo se mueve un poco, abre los ojos.

-¿qué?

-El detective Morgan me está llamando.

Sus manos han comenzado a temblar, los nervios se ha apoderado de él ha esperado noticias de la investigación por días (fueron pocos), pero al menos saber algo de la vida de Elizabeth es algo grande muy apreciado para él.

A escondidas de sus padres, esa información es oculta por el momento para ellos.

-Contesta- Mira al chico que está en la mesa, soñoliento.

-Y eso que solo fueron 4 copas, Thomas.

Suspira antes de contestar.

-Hola

-¿Señor Morgan?- La voz gruesa del detective se escucha al otro lado de la línea.

-Sí, soy yo-La voz le tiembla pero lo controla para no enredarse.

-Soy el detective Morgan- Dice, continua- le llamé para decirle que tengo información de su caso.

Mira sigilosamente la entrada de la cocina, no desea que nadie escuche la conversación.

-¿en serio?, es fabuloso detective Morgan

-Sí es posible me gustaría verlo hoy mismo-Dice.

Su mano pasa por su cabello despeinándolo un poco.

-Hoy será imposible, detective- Puede escuchar la música al fondo, su amigo lo mira aún soñoliento- Le importa si nos vemos mañana- Lo escucha suspirar detrás de la línea.

Unos minutos de silencio.

-De acuerdo, aquí lo espero en mi oficina mañana.

-Nos veos mañana detective Morgan.

Cuelga, era raro que el decir su propio apellido a otra persona rió negando.

-¿Qué te dijo?- Por un momento se le olvido su amigo, que se encontraba sentado en la mesa

-Me dijo que tiene información de Elizabeth-Se recarga sobre el borde de aquel mueble, suspira.

-¿En serio?, si que investiga rápido-Jacob alza la ceja mirándolo- ¿qué?

-Pensé que no te no te acordabas.

-¡Oye! Tampoco estoy tan borracho, azulito- Se levanta de la mesa tambaleándose, e intenta mantener el equilibrio-¿entonces irás a verlo?

-Sí, pero no hoy, será mañana.

Asiente bajando la mirada.

-Thomas, acuérdate nada de decirles a mis...

-No te preocupes, soy una tumba- Haciendo un gesto con sus labios cerrándolos, Jacob río.

-Creo que debería, descansar un rato.

-Y perderme la fiesta, ni loco azulito-Al dar el primer paso, casi pierde el equilibrio sujetándose rápido de la pared- mejor iré a descansar.

Provocando una carcajada a Jacob, y asiente.

-Bien, vamos.

Lo toma del brazo para guiarlo hasta su habitación.

* * *

La fiesta de bienvenida de ángel era todo un éxito, todo el mundo amaba al nuevo integrante de la Familia Morgan, ahora él carga a su pequeño hijo.

-Cariño-Su abuela se acerca, sentándose junto a su lado.

-¿Qué pasa, abuela?

- Creo que es momento de abrir los regalos.

El asiente, mira hacia la mesa se encontraba repleta de regalos se llevara unos cuantos minutos para abrirlos.