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Era lunes, un lindo lunes en la ciudad de California, el verano apenas había comenzado y el calor se hacía presente en cada momento. Para cualquier ser humano ese día, lo daba por sentado que sería bueno, pero para ellos no.

La directora y profesora del reconocido "Juvy" se había levantado lo suficientemente temprano como para reparar las últimas cosas antes de la llegada de los nuevos estudiantes. Un placer, era para aquella mujer que por primera vez en su perfecta historia como directora, el instituto recibiera a un grupo de malcriados adolescentes llegados de todas partes del mundo. Estaba ansiosa y no veía la hora de poner en forma a esos muchachos y muchachas, como lo había hecho más de una vez. Termino de buscar las listas y bajó por las interminables escaleras del internado, pasó por un enorme espejo y se observó, como todo los días.
Estaba desgastada y vieja para sus cortos 45 años, jamás había tenido una pareja que durara más de tres meses con ella, tenía simplemente... Un carácter horrible y su rostro, no la favorecía mucho, su nariz era como el pico de un águila y su cabello marfil, corto y pajoso la hacían ver simplemente vieja. Tampoco colaboraba con su apariencia, siempre peinada hacia atrás, con un horrendo rodete que la hacían ver seria y refinada, mientras que su cuerpo era lánguido y flaco, sin una misera curva. En esté siempre llevaba puesto el intachable uniforme del Juvy, pero que más daba si aquella amargada y estricta mujer siempre estaba de mal humor, no necesitaba a nadie que la mimara, ni que le brindara afecto, solo necesitaba alumnos que educar.
Escucho una voz, que la trajo de vuelta a la realidad, dejando de mirar hacia el espejo para dedicar una áspera sonrisa

-Profesora Potterfiell- saludó Diana

-Diana, como estas?- saludó la directora del instituto rápidamente.

-Bien, lamento haberla molestado. Es solo que en menos de una hora llegaran los alumnos. Necesito las listas- dijo la dulce profesora de artes.

-Claro. Lo había olvidado, por que no vas a mi despacho traes las listas- dijo la mujer de cabellos marfil

-Sera un placer- asintió sonriendo Diana.

Diana era la única alumna egresada del Juvy que había vuelto a trabajar allí. Pues siempre se había sentido como en casa, ya que en su adolecencia había sido una hermosa joven con problemas de alcohol, un novio abusivo que la golpeaba y una familia no muy presente. Por ello se había quedado en el internado como profesora de artes.
Era joven y hermosa, no había salido con muchos hombres y tampoco planeaba ser madre. Era menuda y delicada, siempre vestía cosas sueltas y llevaba el cabello recogido con suaves y sencillas trenzas. Sus ojos eran de un color chocolate hermoso y su cabello rubio, la hacía resaltar entre las demás.
La joven mujer, tomó las listas y bajo hasta el despacho de Potterfiell.
-Directora Potterfiell, puedo hacerle una pregunta?- pregunto cabizbaja la rubia, luego de tenderle las listas a la antiquísima mujer

-Dime Diana- respondió la directora del Juvy

-Está segura de que va a poder con esos muchachos- preguntó la otra

-Por qué lo dices??- preguntó la mujer

-Por que esas fichas son rojas- dijo abriendo enormemente los ojos, la joven profesora

-He tratado con muchos adolescentes con fichas rojas- dijo orgullosa Pipper

-Lose, pero estos chicos no son chicos de la calle, son niños mimados a los cuales han traído por sus "problemas" tantos psicólogicos, como de adicciones- recordó Diana

-Lose Diana, pero en verdad quiero enfrentar este reto- admitió la directora antes de que la campana de entrada comenzará a sonar- Ahora, vamos a recibir a los nuevos alumnos- dijo mientras ambas caminaban hasta la enorme entrada...

All vs OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora