Llegaron a la fiesta de Mike y, después de unas palabras por parte del capitán del equipo, cada quien se fue con sus respectivos amigos. Solo un par de chicas no dejaban ni a sol ni a sombra a sus novios.
Arianna no era ni de cerca así.
Tenia autoestima y se valoraba como mujer, sabia lo mucho que valía y que su querido Edward se percataba de ello.
Edward, por otra parte, mas que echar relajo con sus amigos, deseaba llevar a su novia a la cama.
No es que no lo hubiera hecho antes pero, a su pesar, tenia a su pareja ahí. Y obvio, no podía hacer ningún movimiento en falso con algunas de las chicas que ahí se encontraban.
Para eso Mike organizaba ese tipo de celebraciones. De echo, el se encontraba al otro lado del pasillo metiéndole mano a Jessica Stanley, mientras que Tyler tenia su nariz pegada en el escote de Lauren Mallory. Algo desagradable a decir verdad.
Amor –su chica lo abrazo por detrás- ¿Por qué tan solo?
No estoy solo –se dio la vuelta para quedar de frente a la hermosa señorita que le sonreía- Por cierto, estaba a punto de ir a buscarte
Oh, ¿y se podría saber para que? -hizo un gesto que denotaba sorpresa- Apenas has tomado un par de botes, no creo que estés del todo borracho
No necesito estar borracho para ponerme cachondo –replico molesto- ¿podrías... ya sabes... acompañarme a otro maldito lugar mas privado?
Su novia lo miro con gesto divertido y decidió que las perras de sus amigas no estaban en condiciones de echar relajo así que, tomo la mano de su novio y salieron de esa orgia en la que se estaba convirtiendo esa celebración y se dirigieron al auto.
¿En tu casa? ¿En mi casa? -Edward frunció el ceño, no muy seguro de querer ir a su casa- En un motel, en el bosque...
No somos indigentes para andar revolcándonos donde sea –se quejo-
Alzo una ceja con gesto divertido.
La ultima vez fue una emergencia –susurro-
Si, como no –sonrió-
La mojigata de Isabella Swan, después de un par de shots (y algunas sustancias desconocidas) por parte del capitán del equipo, Jacob Black, ya se encontraba algo perdida y siendo llevada a rastras hacia algún lugar retirado hacia el bosque, muy oscuro como para que se pudiera observar algo. Solo Edward y Arianna se percataron de ello.
Ambos alzaron los hombros y se dieron cuenta que eso no era asunto suyo.
Jacob Black
Suéltame –sus sollozos eran débiles- no me hagas daño
No pequeña -su cuerpo parecía tan frágil comparado con el mío- esta noche me cobrare todas las que me ha hecho tu padre, el jefe de policía de este estúpido e insignificante pueblucho, nadie –la tome del rosto- nadie, se mete con Jacob Black
Fue tan fácil deshacerme de su ropa. Era graciosa la forma en la que se acurrucaba contra el árbol, tratando inútilmente de alejarse de mi.
La chica no tenia curvas ni unos pechos como los de las chicas de sus amigos, pero parecía tan vulnerable en ese estado que no podía esperar mas para tomarla.
Así, después de usar un poco de fuerza, pudo someter a la chica y tomar lo que quería.
Déjame, por favor –ya eran pasadas las seis de la mañana y el seguía montado a la chica Swan.
Alzo su mano y le dio una cachetada, haciendo que el labio de la muchacha sangrara.
Yo decidiré cuando –le tomo del pelo y le estampo la cabeza contra el suelo- ahora deja de quejarte si no quieres que te deje el resto del cuerpo igual que tu labio
Dieron las siete y media y el chico tomo sus cosas, se vistió y dejo a la chica a su suerte.
Isabella solo sabia que aquellos rayos del sol tal vez serian los últimos que vería en su vida. Quería morir. Era lo único que deseaba en esos momentos.
Edward Masen
Es hora de que nos vayamos a casa –moví con lentitud a mi chica, que dormía profundamente sobre mi pecho-
Nos encontrábamos en la parte trasera de mi volvo, el cual lo estacione a menos de un kilometro de nuestras casas, metido en un sendero oculto por los solo unos cuantos arboles.
Si –se removió de forma deliciosa sobre mi- ¿Qué hora es?
Son las siete y media –tome nuestra ropa del asiento delantero y comenzamos a cambiarnos- Estamos a tiempo de que llegues a casa antes de que tu madre lo haga
Estaba tan preocupada –dijo de forma irónica-
Edward arranco el auto y se dirigió a la casa de Arianna, sin pensar en ese momento de que aquella noche seria su ultima como un humano.
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Después de la muerte
VampirHay ocasiones en que el peligro puede ser hermosamente familiar.