Prólogo

2.7K 173 18
                                    

Hace un siglo atrás hubo una tragedia lo suficientemente grande como para que los dos Grandes Señores se vieran en una confrontación de la cual tanto los humanos como los dioses se verían afectados.

El Gran Señor de la Creación Ithis, normalmente conocido por ser generoso, bondadoso y de noble corazón se veía ahora en un estado que nunca es común de ver, El Señor Ithis se veía cara a cara con El Gran Señor de la Destrucción Nim, un ser oscuro, frío e intimidante.

Ambos Señores estaban discutiendo sobre el estado de dos dioses muy importantes para el reino mortal: Vida y Muerte. La disputa se debía a que El Señor Nim había herido de gravedad a las dos deidades importantes.

Ithis estaba en una discusión desagradable con su opuesto, Nim. El Creador en toda su furia le reclamaba al Destructor una explicación razonable para tal acto, para Ithis sus creaciones, sus hijos, los dioses, eran un tema muy delicado y que Nim se halla atrevido dejarlos en un estado a medio morir lo hacía perder toda la cordura que tenía y expresaba. Nim con arrogancia e indignación se atrevía a defenderse y reclamar que Ithis lo estaba acusando de algo que no tuvo que ver cuando Ithis mismo sabía que él era quien destruía todo lo que creaba y sin lamento alguno.

Estaba al borde de perder toda la paciencia que tenía e ir tras su opuesto a depositarle un golpe pero se detuvo e inhalo profundo y exhaló todo el aire en un largo suspiro, con toda la calma que su divina amabilidad le permitió acumular le pidió a Nim retirarse de su reino a lo que este aceptó y se fue con toda la satisfacción del mundo ya que provocar a su opuesto hasta llegar a ese extremo le resultaba placentero.

Después de ver desaparece a Nim, Ithis se dirigió a algún lugar apartado donde había resguardado a ambos dioses, alejados de su opuesto para evitar que terminará con ellos, en dos camas hechas por sedosos cúmulos, siempre siendo atendidos y cuidados por Médico, quien solo se enfocó en curar a sus amigos y no notó que detrás suyo estaba su Creador; Ithis le pidió que lo ayudara a sanarlos para que el equilibrio volviera, el que uno falte ya era lo suficientemente grave y aunque podría revivirlos en caso de una muerte inevitable, el mundo mortal tendría problemas sin mencionar que tardaría un tiempo en traerlo devuelta pero... ¿Los dos? ¿Al mismo tiempo? Eso era algo que no podría pasar por nada del mundo.

Médico se encargó de sanar a Muerte y el Creador se encargaría de Vida, ambos estaban en condiciones críticas, pero a comparación, Vida estaba peor que Muerte y necesitaba de mucha más energía. Tardaron una semana entera para poder mantenerlos en un estado más o menos estable y sin embargo después de que despertaron del sueño en el que los sumergió Ithis para tratar de apaciguar el dolor, tanto Vida como Muerte estaban muy aturdidos y se tambaleaban mucho al caminar.Siempre cerca el uno del otro y ayudándose a sobrellevar los dolores.

Médico con ayuda de sus Sirviente y los Sirvientes de Ithis tuvieron que llevar a Vida y a Muerte hasta la Zona Médica para darles algo de tratamiento para su mejoría, después de que los Sirvientes y las tres deidades se retiraran se quedó el Señor Ithis solo en el Recinto de Almas, la mismísima Cornucopia, era un espacio muy grande, el cielo era totalmente inmaculado, el suelo eran nubes cuya superficie imitaba al césped y estaba lleno de muchas flores, árboles frondosos y por supuesto las mariposas del alma quienes revoloteaban pacíficamente en espera de la reencarnación.

La máxima deidad solo se quedó mirando a la nada pensando en lo sucedido y que podía volver a ocurrir pero esta vez no correrían con la misma suerte de ahora y las ideas se arremolinaban entre lo malo y sus soluciones, hasta que una idea le llegó a la cabeza: Qué tal si ellos tuvieran ayuda, no como los sirvientes sino más bien alguien que tenga los mismos poderes que ellos, un respaldo aparte, que si un día alguno de los dioses actuales faltara estaba el otro para suplantarlo hasta que lo reviviera, que dividieran el trabajo para que no se agoten tanto, sobretodo Vida y Muerte, y fue cuando todo quedó claro como el agua.

-"¿Y qué tal si los dioses tienen un compañero o compañera?"-. Se decía así mismo pero... ¿Cómo deberían de ser? No iba a hacer un copia y pega para caer en lo mismo, que tal un poco diferente a ellos, tampoco es para que tenga como pareja a su igual no... Tenía la idea pero algo le faltaba un pedazo algo pequeño pero importante-. "¿Pero qué...? ¿Qué? ¿¡QUÉ!?-. Se repetía incontables veces en la cabeza y justo cuando iba desechar la idea por fin, se perdió largamente en el aleteo de las pequeñas Alma Mariposa, esta particular creación del Benefactor tenía la capacidad de vivir mil un existencias, hasta que finalmente hallase su culmino camino al corromperse y volverse una Plaga que después sería destruida.

Una de las Mariposas se posó en su hombro, era el alma de un niño que había perdido la guerra contra el cáncer, una sincera lástima ver como algo tan pequeño e inocente estar allí sin siquiera terminar de vivir su vida y ser como los demás, Ithis sabía que para los mortales el concebir un hijo o hija era un cambio enorme pero hermoso y motivo de alegría, aunque en algunos casos no era tan lindo, y fue cuando todo tomó su lugar-. "Y si ellos tuvieran un hijo o hija?"-. Sonaba inaudita y desequilibrada la idea pero pensándolo bien ¿Por qué no? Ellos verían las cosas de un modo totalmente diferente y sin mencionar que tendría a alguien a quien tengan que proteger, verlos crecer, cuidarlos, compartirían no solo su poder y esencia sino que también algo de ellos, una parte de ellos estaría en esas pequeñas criaturas tan inocentes, conocerían lo que es un amor verdadero.

Y fue así que Ithis se dispuso a crear a esos pequeños seres que caminarían pronto entre ellos, se preguntaba como reaccionarían los otros dioses pero eso no lo iba a detener además al crear a los primeros dioses los hizo en una forma adulta, en ese tiempo no habían humanos ni nada así que decidió que tuvieran esa forma y sus características pero ¿Convivir con un dios bebé? ¿Escucharles decir sus primeras palabras? ¿Dar sus primeros pasos? ¿Verlos crecer como un humano de verdad? Nunca lo pensó... hasta ahora.

Mantuvo sus planes en total secreto para que fuera una sorpresa, los dioses estaban en su día a día, ajenos a los planes del Señor, los Sirvientes tampoco sabían nada y era mejor así para que nadie interfiera en su meta, pero alguien se había enterado de su plan y quiso intervenir solo un poco, pasó un siglo para que todo estuviera en su lugar, tenía todo listo, cada cosa, cada niño y niña, todo, solo faltaba dar la noticia y justamente a unas horas de la Gran Reunión Celestial Bimensual de los Dioses, daría su gran noticia con todo su orgullo y felicidad.

----------●------------●-----------●-----------●------
Hola lectores, espero y les guste mi historia, si les gusto tengan el gusto de dar me gusta en la estrella y comentar.

Agradecimientos a ZoeyNamine por ayudarme en la corrección, espero les guste :3 :D

Un nuevo amor, un amor incondicional Donde viven las historias. Descúbrelo ahora