Capítulo 16: Primeras impresiones

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La semana después de la llegada de los Dioses Oscuros al ITHIS había culminado, y como lo había dicho el Juez de Almas cumplió con la mitad de su palabra, en aquel corto lapso de tiempo tuvo oportunidad de mostrarle a la nena gran parte del Bastión de Fabren explicándole sin muchos detalles la localidad de los edificios y las labores que se ejercían dentro de las mismas, incluso no solo la llevó con él a compartir en el mundo material sino que se atrevió a ejercer su labor a escondidas de ella en los pocos momentos que estuviera distraída siendo un riesgo para el padre que la sucesora descubriera su trágico cargo a heredar.

Ahora era turno de terminar de cumplir con la otra mitad del trato; Vida, quien originalmente había planteado la idea, desde hace un par de días había llegado donde sus amigos rebosante de alegría pidiendo a súplicas que despejarán sus agendas para un día en especifico ya que tenía preparado una sorpresa para ellos y hoy era el día del dichoso encuentro. Los relojes marcaban las diez de la mañana, el sol artificial de ITHIS brillaba cálidamente y las esponjosas nubes cubrían los rincones del reino entero, en las lejanías del Centro del Bastión se encontraban un grupo de amigos muy singular mirando con rareza una entrada en particular pidiéndole explicaciones de una deidad de carácter temperamental.

- ¿Vida, por qué nos trajiste al hogar de Muerte? Si aquí no ha vivido nadie desde hace más de 50 años-Preguntó Amor mirando con tristeza la preciosa arquitectura.

- Ya lo verán, es una sorpresa-Sonrió contento Vida acercándose con emoción a la entrada principal de la residencia.

- Ah no, alto ahí grandísimo idiota-Gruñó Sabiduría agarrando del hombro a su mejor amigo-Llevas días diciéndonos lo mismo, ya dinos de una vez que te traes entre manos.-

- Primero que nada, suéltame-Exigió quitando con su mano el agarre del contrario- Y en segundo lugar: ten algo de paciencia, estoy seguro que me agradecerán el que los haya traído hasta aquí. -

- Vida, el problema no es la paciencia, el problema es que allí adentro no hay nada que nos pueda sorprender o por lo menos recompensar el tiempo que perdimos en venir hasta acá-Murmuró Médico con algo de enojo en sus palabras, mirando como el Dios tocaba la puerta varias veces.

- ¿Pueden solo confiar en mi aunque sea una vez? -Vida miró por sobre su hombro como los Dioses se miraban los unos a los otros de manera silenciosa-Con amigos como ustedes quién necesita enemigos. -

Luego de unos minutos las puertas se abrieron de par en par mostrando a un par de Parcas recibiendo con una elegante amabilidad a los invitados que se encontraban frente a ellos.

- Sus majestades, sean bienvenidos. Los estábamos esperando-Entonaron al unísono haciendo una reverencia cediéndoles el paso a las Deidades que los miraban anonadados y con los ojos abiertos como platos.

Vida fue el primero en entrar con una sonrisa en su rostro restándole importancia a los seres que nunca en su existencia había visto pero sus compañeros que entraron después de él los miraban de manera dudosa preguntándose quienes era estos nuevos personajes y de dónde habían salido, al momento de las deidades entrar a la residencia todo se encontraba oscuro, siendo lo única luminiscencia la luz proveniente de las puertas que duraron poco tiempo dividas y fueron cerradas una vez todos adentro, dejando el interior de la residencia en total oscuridad, un agudo grito femenino se escuchó de momento a otro y más de una deidad se sentía nerviosa por la situación.

A los minutos se empezaron a escuchar unos pasos acercándose pausadamente, poniendo aun más tenso el ambiente, múltiples voces gritaban exigiendo la llegada de la luz y como lo habían pedido las luces se encendieron iluminando el recinto dejando a la vista la imagen de los Dioses del Amor y la Locura aferrados el uno al otro, los presentes agradecieron lo pedido y aunque les sorprendió la escena del abrazo entre dos de sus amigos lo que más les llamó la atención fue encontrarse con una figura de gran altura justo frente a ellos.

Un nuevo amor, un amor incondicional Donde viven las historias. Descúbrelo ahora