Capítulo 1: Sorpresas inesperadas

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Con otra mañana común y corriente en el Bastión de Fabren, los Dioses estaban en su día a día como siempre había sido.

Hasta ahora.

El Señor Ithis se encontraba refinando algunos detalles momentos antes de anunciar la noticia, e incluso le había pidido a los sirvientes avisarles a aquellas Deidades los cuales comúnmente solían faltar a las reuniones que a petición suya se presentaran.

— De acuerdo, todo esta listo, ahora solo falta dar la gran noticia —se dijo así mismo lleno de emoción, al parecer su pequeño proyecto había superado sus expectativas, solo faltaba ver como se desarrollaba el resultado— hay que aprovechar al máximo la reunión de hoy, también me tomaré la libertad para pedirle a uno de ellos que dé un pequeño aviso previo. Por favor trae ante mi a un Dios, quién sea estará bien —le dio una orden a uno de sus sirvientes

Después de una hora, el sirviente trajo consigo al recinto de almas a uno de los susodichos.

— ¿Me mando a llamar, Gran Creador?—preguntó Tiempo haciendo una reverencia

—¡Oh! Tiempo, veras se que no tienes permitido salir de tú zona de confort a causa del trabajo tan importante que tienes pero necesito que vayas por está vez a la reunión que Sabiduría organiza, necesito que todos estén ahí y que tú les des un aviso importante —en ese momento una pregunta se cruzó por la mente del Dios Tiempo "¿Qué tan importante podría ser como para que salga de su puesto?", se auto preguntaba mientras Ithis le explicaba exactamente lo que tenia a decir en la reunion.

— Entiendo Señor, así lo haré —dijo haciendo una reverencia antes de retirarse aunque dentro de su trayecto a la reunión su cabeza era llenada por diversas incógnitas ¿Una gran noticia? ¿Sería mala o buena? Quién sabe, sólo podía esperar.

Con algunos inconvenientes en su camino sobre todo por el hecho de ser unas de esas escasas veces en salir al mundo exterior, Tiempo finalmente habia llegado  al Salón Barroco aunque, su presencia no pasó por desapercibido, todas las miradas se posaron sobre él aun cuando solo había medio entrado en el Salón; sin duda alguna era muy raro verlo, casi nadie lo había visto cara a cara y aquellos suertudos lo conocían muy poco, con una altura mayor a la de Muerte, siendo cubierto con una túnica que además de su capucha cubrían en su totalidad todo su ser a excepción de sus tres brazos y tomando en cuenta el hecho de ser uno los primeros dioses su aura desbordaba autoridad a donde fuera sin duda alguna lo hacían una entidad muy diferente a sus demás compañeros; ignorando aquellas incómodas miradas se dispuso a tomar asiento en una de las sillas disponibles, tras estar ubicado en su lugar y con todos cayendo en la realidad se dio comienzo a la reunión.

—De acuerdo... Como primer dato a explicar, ¿hay algo nuevo o extraño que haya ocurrido últimamente en la Tierra? Por mi parte todo sigue igual, los humanos son los idiotas más inteligentes en existencia —comentó Sabiduría con algo de fastidio en su voz. Pasó su miraba por todos los presentes a ver si alguien decía algo pero se detuvo cuando sorprendentemente notó que alguien en particular estaba entre el público, Locura estaba presente y despierto en la reunión, eso era extraño hasta para él pero le resto importancia— bien, ¿algo que decir? —

— Nada que reportar —dijeron todos al unísono.

Con el primer objetivo a destacar terminado, las horas dentro del Salón transcurrieron con normalidad mientras Sabiduría discutía con Vida para darle conocimiento a los humanos de hacer Robots, Muerte platicaba con Amor para reunirse después en su casa cuando todo terminara y así tenían algo de que hablar pero en ese momento, cuando Sabiduría se disponía a dar por terminada la reunión alguien lo interrumpió.

- Disculpen mi atrevimiento pero tengo algo importante que decirles. El Gran Señor Ithis me pidió anunciarles que había un anunció muy importante que discutir, es de vital importancia estar atentos a sus palabras y exclusivamente nadie podía faltar, el Señor mismo dará la noticia -aunque Tiempo se expresó con autoridad y firmeza en sus palabras a la vez podía escucharse algo nervioso, ni el mismo tenía consciencia sobre lo antes dicho; los demás Dioses cruzaban miradas contra otros buscando una posible respuesta pero los nervios los invadieron al caer en cuenta que el mismísimo Señor Ithis se presentaría ante ellos.

Un nuevo amor, un amor incondicional Donde viven las historias. Descúbrelo ahora