Primer capítulo

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¡Nuevo capítulo! espero que les guste.

Primer capítulo:

La noche ya había caído, no bajé al almuerzo tampoco al té, sabía que vería a Maxon, que es de lo que menos tengo ganas ahora, creo que mi corazón no acaba de procesar lo que pasó. Si que hablaría con él pero antes necesito reunir el valor y coraje necesario para mirarlo a los ojos sin derrumbarme.
De seguro no soy la única que se ausentó, muchas de las participantes ya se habían marchado, lo sé por todo el ajetreo que se escuchaba fuera, no dudo en ser la última en retirarme, aún así me iré no interesa el tiempo que tarde, tengo que decirle adiós a todo ésto... adiós a Maxon.

—¿Lady América?— la voz de Anne estaba fuera, mis doncellas sólo habían estado un insistente conmigo, le dije que se tomaran el resto del tiempo libre. —Le traigo su cena.

—Pasa Anne— noté que mi voz aún seguía quebrada. Cuándo entró inmediatamente dí la espalda. —Puedes dejar la bandeja en la mesita se noche, gracias. Y porfavor diles a Lucy y Mary que nos vemos mañana.

Intenté sonar normal, cómo si nada sucediera, ya bastaba con mi dolor, no deseo agobiar a los demás con mis problemas.

—¿No desea ninguna otra cosa?— habló tan bajito que casi no escuche lo que me dijo.

—No, gracias. Nos vemos mañana— respondí deseando estar sola nuevamente, no me agradaba ser cortante con mis doncellas pero el humor me andaba por los suelos.

—Hasta luego.... lady América—.Escuché la perilla girando y después la puerta cerrándose; respiré profundamente, cada segundo asimilo mejor la situación.
Ya no estoy en competencia, al fin tengo lo que quería, soy libre, podré casarme con Aspen. Él es un dos, soy una tres, todos tendremos una mejor vida, tanto mi familia cómo la de él, la vida que soñamos en Carolina se hará realidad. Sin embargo... no es lo que deseo, quiero quedarme en ésta competencia, al lado de Maxon y competir por su amor.

«Que estupidez» pensé, las cosas cambiaron de la noche a la mañana, no quería entrar... y ahora no quiero irme.

...

A la mañana siguiente, tenía orejas que llegaban hasta mi nariz, mis ojos estaban hinchados y rojos, la piel más pálida de lo normal y labios ligeramente pálidos. Estaba realmente mal... mis doncellas tendrán que hacer un milagro.

—Señorita— Mary llamó mi atención —¿Prefiere el vestido rosa o negro?.— Miré ambas prendas, el rosa tenía encajes en la falda que lo hacían infantil.

Por otra parte, el de color negro era mucho más sobrio. El escote era de corazón, la falda larga llena de tul cubría toda la pierna y de seguro los zapatos también.

—El negro— respondí, prefería el color que combinaba con mis emociones y poseía la elegancia de un vestido de una persona de la realeza.
Me aproximé a el tocador, llevaba el albornoz puesto y una toalla en la cabeza, acababa de salir de mi baño, el último baño en el palacio. Lucy me quitó la toalla dejando caer mi cabello, me fijé en lo mucho que había crecido en tan poco tiempo. Comenzó a secar y cepillar el cabello, mientras Anne me pasaba un poco de barniz por las uñas, Mary terminaba de arreglar el atuendo con el que saldría del palacio. Ayer antes de dormir había guardado todo mi equipaje, no llevaba nada que me dieron en La Selección, tanto los vestidos cómo las joyas y zapatos se quedarán aquí.
Al terminar de alistarme, me levanté para entrar en aquel largo vestido. Mary me ayudó un poco, estaba débil, ayer no comí nada y hoy en el desayuno me bastó con unas galletas y mermelada, sé que me arrepentire de no haber disfrutado mis últimas comidas en este lugar, aún así mi estómago se cerró. Hasta el agua me producía náuseas.

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