Not so Pure [Chat Blanc] Miraculous Ladybug

Looking for Hope

Chat Blanc aguardaba en lo más alto de la Torre Eiffel, esperando a Ladybug.

A Hawk Moth le había ido mejor de lo que hubiera esperado. No podía introducir Akumas en las personas, pero bastaba cierto tiempo para que se transformaran. Incluso aquellos que no habían sido tocados por Akumas anteriormente. Y todos hacían caso a Chat.

Le había dicho a Alya que le transmitiera el recado y que no había fecha u hora. Pero ya estaba algo impaciente.

Había reiterado en varias ocasiones que el amor no era más que una ilusión humana. Un capricho. Sandeces sin significado.

Estaba seguro.

Pero no del todo.

Aún, en lo más profundo de su alma, donde una pequeña luz intentaba sobrevivir a la infinita oscuridad que había oscurecido su cuerpo y mente, había esperanza.

No esperanza en el mundo. El mundo estuvo condenado a la podredumbre desde un inicio. Esperanza en la única estrella que iluminaba su horrendo mundo: Ladybug.

¿Lo amaría aún? ¿Querría estar con él? ¿Le gustaría todo lo que había hecho por ella?

La ciudad había caído a sus pies de un momento a otro. Con dolor. Había abierto los ojos a todos. El sufrir común era desagradable, pero el sufrir solo lo era aún más. ¿Estaría ella de acuerdo?

Tenía todo planeado para que la mujer que amaba la pasara bien. Que la pasara bien con él. Era lo único que mantenía unido su fragmentado corazón.

Con lo que no contaba Chat Blanc, era que sus ideales de diversión no concordaban con los de alguien normal...

En la cúspide de la Torre se posó Cupido Sombrío, con ojos bañados en lágrimas, como todos los demás.

-Hemos traído a Ladybug. Sólo quedan tres que no han recibido el zarpazo.

-¿Quiénes?-frunció el ceño Chat.

-Marinette Dupain-Cheng, Adrien y Gabriel Agreste. Nadie los encuentra. Marinette fue vista por última vez en su escuela esta mañana, pero no pudieron arañarla.

"Qué hábil es mi Lady".

-No importa. Tan sólo busquen a Gabriel Agreste. De ellos dos me encargaré personalmente.

Chat pudo ver que Cupido tragaba algo de saliva. Quizá no le gustara imaginar dos almas encerradas con ese monstruo. Acto seguido tomó vuelo y se alejó.

Era extraño que su padre no estuviera por ahí, pero ya se encargaría de ello. Marinette lo esperaba, y viceversa.

Se valió de sus garras para bajar la torre Eiffel. Minimizó el chirrido lo más que pudo, pero las marcas de sus garras no. Igual la Torre ya estaba cubierta de ellas...

Ladybug lo esperaba en una esquina, acompañada por Reflekta, rodeada de luces, villanos vagando tristemente por las calles, y algún que otro edificio envuelto en llamas, con el Sena a varios pasos. Estaba radiante con ese juego de luces y sombras.

Al verlo bajar vehementemente, retrocedió instintivamente, y pareció algo impactada, pero recuperó la compostura con rapidez.

Chat se sentía en el Cielo.

-Ladybug.-dijo elegantemente mientras se inclinaba.-Gracias por aceptar mi invitación.