Beckett llegó a su despacho y decidió que para poner en contexto a sus amigos detectives necesitaba sus libros, así que fue a buscarlos a su apartamento.
Cuando volvió a comisaria veinte minutos más tarde los chicos ya habían llegado y al parecer la estaban esperando.
- ¿Dónde estabas? – pregunta Ryan
- En mi casa – responde Beckett – he ido a por una cosa para vosotros – acabó de decir mientras se sacaba unos libros del bolso – De la biblioteca de Katherine Beckett – dijo riendo – luego me los devolvéis eh – dijo mirándolos fijamente
- Claro, claro – respondieron los detectives al unísono
- No quiero problemas con la detective Beckett – dijo Esposito, y todos empezaron a reírse.
- ¿Podéis localizarme al autor? – pregunta Beckett
- Sabes que no podemos usar nuestras bases de datos solo por gusto – dijo Ryan riéndose – si quieres que te firme los libros haz como todas las fans y espera a que venga a Nueva York.
- Ja ja ja, - se rió Beckett sarcásticamente – no es por mí para que lo quiero aquí, es para que nos ayude en el caso.
- Claro, claro... - dijo Esposito mirándola de reojo.
- Podeis hacerlo o no? – volvió a preguntar Beckett
- Claro que si, - respondió Ryan – hasta un niño de cinco años podría hacerlo.
- Así me gusta Ryan, - dijo Beckett – cuando lo tengáis localizado me llamáis.
- Claro jefa – dijo Esposito. Y él y Ryan le hicieron el saludo militar a la vez. Beckett se fue a su mesa riendo.
A la media hora viene Ryan a la mesa de Beckett con un expediente en la mano.
- ¿Lo habéis encontrado? – pregunta Beckett
- Claro, ¿acaso lo dudabas? – responde Ryan
- No, pero como habéis tardado tanto....
- Ah, ¿eso? Es que hemos empezado tu fantástico libro, y resulta que nuestra escena del crimen y la del libro de parecen mucho... - puso cara de pensador.
Beckett coge el expediente y le da una pequeña colleja a Ryan
- ¿Acaso dudabas de mí? – dijo Beckett en un tono burlón. Entonces Ryan le sacó la lengua.
Beckett se miró el expediente por encima y vió que tenía algún que otro arresto por vandalismo y por ir desnudo por la calle.
- Haz que lo traigan por favor – le dijo Beckett a Ryan, y él se fue a su mesa a llamar a la patrulla para que lo trajeran.
A los veinte minutos la patrulla había traído al escritor de novelas y lo estaban metiendo en una sala de interrogatorios.
Beckett solo verlo se dirigió a la sala.
- Mira como para cosas como esta corre – le dijo Esposito a Ryan susurrando mientras Beckett pasaba por delante
- Espo, - dijo Beckett – te he oido, aprende a susurrar o te va a ir muy mal en la vida – se fue riendo.
Al llegar a la sala de interrogatorios había dos hombres fuertes en la puerta, los de seguridad. Beckett iba con la carpeta de su expediente en la mano, y entró leyéndolo.
- Buenos días señor Castle, - dijo la detective sin levantar la vista del expediente
- Que conste que la droga no era mía – responde Castle
- ¿De qué droga me está hablando señor Castle? – levantó la vista hacia él y lo miró fijamente
- De ninguna, - respondió – y por favor llámeme Rick.
- Entendido Rick, yo soy la detective Beckett...
- ¿Kate Beckett? ¿Detective Katherine Beckett? – le interrumpió Castle
- La misma – dijo orgullosa
- No me lo puedo creer
- ¿No se puede creer el que? – Beckett no entendía lo que estaba pasando
- ¿No te acuerdas de mí?
- No, lo siento... - y entonces miró el expediente y vió el sitio donde había estudiado y todos los recuerdos le vinieron a la cabeza... - ¿Rick Castle?
- El mismo – respondió
- ¿Ese Rick Castle es usted?
- Si – afirmó
- Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos – dice Beckett – cuando...
- Prefiero no recordar lo que pasó, - le interrumpe Castle – es pasado y ya somos mayores.
- Solo quería disculparme por lo que pasó, - dice Beckett – era una adolescente y las hormonas me tenían un poco loca y no sabía lo que me estaba pasando, lo exageré demasiado...
- No hace falta hablar del tema ahora... – dice Castle -, ¿bueno para que has hecho que esos chavalines tan fuertes me sacaran de casa?
- Ah sí, mi caso...
- ¿Caso?
- Sí, - Beckett sacó unas fotos de la escena del crimen de otra carpeta y las puso encima de la mesa – ¿reconoce a esta mujer?
- No, ¿debería?
- No, pero si se fija la asesinaron igual que en su primer libro
- Me puedes tutear si quieres, que hay confianza.
- Ah sí perdón, es la costumbre – respondió Beckett y se ruborizó un poco
- Como veo que no llegaremos a mucho por este camino, ¿te puedo invitar a un café cuando acabes de trabajar y hablamos de nuestras vidas?
- Claro
*Final Flashback*
- Bueno cariño, - dijo Kate a su hija – después de esto papa y mamá trabajaron juntos durante cinco años, resolvimos muchos casos y encerramos a muchos malvados.
- Si – habló Castle – y desde ese momento no nos hemos separado ni dejado de querer.
- Y a mi, – preguntó la pequeña – ¿me dejareis de querer?
- Claro que no – respondieron al unísono
Fin
Espero que os haya gustado mucho, dejar comentarios y muchas gracias por todo <3
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Así Empezó Todo
FanfictionRichard Castle, un famoso escritor de novelas de misterio, y su esposa Katherine Beckett, la major detective de homicidios, explican a su hija la historia de como se conocieron, mucho antes de que se vieran las caras en ese extraño asesinato.