No era la primera vez que veía el rostro de Azusa tan triste, pero esta vez sentí algo más. Sus profundos ojos oscuros también me transmitían decepción y frustración. Y tampoco era la primera vez que por mi culpa se ponía así, pero pasados unos instantes, me di cuenta que no debí hacerlo. Me acerqué un poco a ella.
- A-Azu-nyan, lo siento, yo...
La pequeña se apartó de mí inmediatamente, sin quitarme la vista.
- Y-yo no quise...
- ¡Todo es tan fácil, Yui! - me dijo con la voz quebrada - Ya te lo dije antes: ésto se trata de sentir, no de pensar.
- P-pero...
- ¿Cómo fui tan estúpida como para creer lo que me decías el viernes y los mensajes que me enviaste? ¿Cómo no me di cuenta que aún eras una niña inmadura que no tiene claros sus sentimientos? - hizo una incómoda pausa y no dejó de mirarme con esos oscuros y húmedos ojos - Espero que algún día descubras que no importa a quien ames, y que solo importa que quieras ver a esa persona feliz y tenerla junto a ti en cada momento. Yo siento eso por tí, Yui.Dio media vuelta y salió lo más rápido que pudo del baño. La seguí esperando alcanzarla y corrimos por el pasillo, pero una voz a mis espaldas me detuvo.
- ¡Yui! - me gritó Mio. Me di vuelta por un momento, asustada, y cuando volví a ver a Azusa ya se había ido - ¿Yui, qué diablos está pasando?
- P-pues yo, e-este... A-Azu-nyan se escapó y...
- Sí, ya me di cuenta. ¿Qué le hiciste?Comenzó a acercarse a mí, mientras por detrás la seguían Ritsu y Tsumugi con clara preocupación.
- ¡Y-yo no le hice nada!
- ¿Pero qué le pasó? - me preguntó Ritsu.Me quedé en blanco, y sólo atiné a mirar hacia la salida, con la lejana esperanza de que Azusa volviera.
- ¡Yui, respóndenos! - me insistió Mio.
- No la presiones, Mio - le dijo Tsumugi, tratando de controlar la situación.
- Solo le estoy pidiendo una explicación, ella debe saber qué le pasó a Azusa - me volvió a clavar la vista -, ¿o no?Solo atiné a agarrarme la cabeza y tartamudear con desesperación.
- ¿Qué está pasando, chicas? - Nodoka llegó desde el pasillo a paso acelerado, seguramente alertada por nuestro escándalo. Se ubicó junto a Mio, quien la miró e hizo una breve pausa antes de responder.
- Nodoka... Bueno, pues... Nada de qué preocuparse, sólo un berrinche de Azusa, ¿cierto, Yui?Mio me miró con su clásico rostro de "admite tu culpa o pagarás las consecuencias", pero al parecer esta vez me quiso ayudar.
- S-si... P-permiso... - fue lo único que pude decir y me abrí paso entre el grupo para subir la escalera de vuelta hacia el salón del club.
Lo primero que hice al llegar fue recostarme en el sillón boca abajo, cubrir mi rostro con un cojín y soltar en él un grito desesperado que no quise que nadie escuchara. Ahora, por mi culpa, Azusa salió de la escuela, quién sabe hacia dónde, y no puedo decir a nadie la verdadera razón. Aún sabiendo que la responsabilidad de todo este alboroto era mía, soy incapaz de decir toda la verdad por el bien de la banda. ¿En serio ocultar este sentimiento era más importante que el bienestar de mis amigas?
¿Qué se suponía que haría ahora? ¿Escaparme de la escuela e ir en busca de Azusa? No sé cómo pensé que eso sería una buena idea, pero en menos de dos segundos ya estaba caminando hacia la puerta del salón dispuesta a salir a buscar como fuese a la pequeña, pero antes que pudiera poner un solo pie fuera, Mio apareció frente a mí y entró con las demás.
- ¿Y tú para dónde vas? - me preguntó mientras entraba y se ubicaba tras la mesa junto a Ritsu y Tsumugi, esta última con una expresión demasiado seria para su personalidad tan alegre.
- Yo, este... - traté de responderle desde la puerta, cuidando de no delatar mi verdadera intención -. Bueno, iba a buscarlas, es que se demoraban tanto que pensé que...
- Tenemos que hablar, Yui - mi cuerpo entero se congeló con esa frase -. Y quiero que esta vez nos respondas con la verdad.Las tres me miraban con un rostro amenazante. ¿Acaso ya descubrieron todo? ¿Se enteraron de lo que pasaba entre Azusa y yo? ¿Pero cómo pudieron saberlo?
- Nodoka-chan nos contó todo - respondió Tsumugi a mi pensamiento, y su expresión no era nada alentadora. ¿Así que Nodoka, mi amiga de infancia, mi confidente, sabe todo lo que pasa entre Azusa y yo, y se lo contó a las chicas?
- ¿Es cierto, Yui? - me preguntó Ritsu apoyando sus manos en la mesa.
- ¿Q-qué cosa? - pregunté haciéndome la desentendida, mientras Tsumugi tomaba su celular y hacía una llamada.
- No mientas más, Yui, sabemos lo que ocultan Azusa y tú - me dijo amenazante Mio.Ya no había más remedio. Me acerqué a la mesa y las enfrenté como nunca antes lo hubiese imaginado. ¿Qué caso tenía seguir ocultándolo? Las miré de frente y suspiré antes de hablar.
- Chicas... E-es cierto...
Hubo un tenso silencio y no pude evitar agachar el rostro y mirar al suelo, con tal de no ver la mirada amenazante de mis amigas. Mio se cruzó de brazos y siguió interrogándome.
- ¿Y no entiendes el daño que le estás haciendo a Azusa?
- ¡Y-yo... les juro que no quería hacerlo! - volví a mirarlas dispuesta a defenderme - Solo quise decirle lo que de verdad pensaba, pero se molestó y... bueno...
- No contesta - dijo Tsumugi quien intentaba llamar a la pequeña.
- Yo creo que deberíamos calmarnos - sugirió Ritsu caminando hacia la ventana y con los brazos tras la cabeza -. Se le va a pasar y va a volver, les apuesto.
- ¿Cómo puedes estar tan tranquila en una situación como esta? - le recriminó Mio.
- No es primera vez que Azusa hace un berrinche así.
- Eso no nos asegura que vaya a volver. Tampoco sabemos cómo reaccionará.Me desplomé en el sillón, frustrada, boca arriba y cubriéndome el rostro con los brazos, con el peso de no saber dónde estaba Azusa.
- Todo esto es mi culpa, chicas, creo que no debí...
- Yui, no te preocupes - me dijo Tsumugi con su dulce voz, acercándose a mi -. Hiciste bien tratando de hacerla entrar en razón.Me incorporé para quedar sentada en el sillón y miré a Tsumugi con la mirada llorosa.
- ¡Esto es tan difícil, Mugi-chan! Sé que no debería pasar esto entre Azu-nyan y yo, pero lo que siento es tan grande que no puedo estar sin ella. No puedo seguir negándolo, y ya no me importa lo que piensen los demás. ¡La necesito conmigo, yo la...!
Detuve mi confesión ante la mirada de desconcierto de Tsumugi. La quedé mirando asustada por un momento.
- ¿De qué estás hablando, Yui? - me preguntó Mio. Me tomó un largo instante darme cuenta de la razón de esa pregunta.
- O sea que... ustedes no...De pronto, alguien entra.
- Disculpen la demora...
- ¿¡Azu-nyan!? - me sobresalté y me giré para verla.
- Se los dije - dijo Ritsu mirando por la ventana.Azusa notó el ambiente tenso que se respiraba en el salón.
- ¿Pasa algo?
- ¿"Disculpen la demora"? - Mio se acerca a la pequeña y la enfrenta -. Sabemos porqué escapaste, Azusa. Yui nos confirmó los rumores, sabemos lo que ocultan ella y tú.La pequeña me mira con cara de pánico.
- ¿Es cierto, Yui?
- Yo... n-no sé de qué me hablan...
- ¿Contaste nuestro secreto a las chicas?
- ¡Te juro que no sé de qué me hablan!En ese momento, entra Nodoka al salón.
- Pues ahora sabrás de qué hablamos - sentenció Mio -. Nodoka, cuéntanos.
La expectación era máxima, y mis brazos comenzaban a temblar. La presidenta del Consejo Estudiantil tenía la última palabra.
- Chicas, no es fácil para mí decirles esto - hizo una incómoda pausa -. Hemos confirmado las sospechas: Azusa fotografió los exámenes finales de tercer grado y los repartió entre las alumnas de la Preparatoria.
No podía creer lo que decía Nodoka. Miré a todas las chicas con desesperación como tratando de entender porqué acusaban a Azusa de algo así, pero parece que a nadie le sorprendía, como si ya supieran lo que acabábamos de escuchar.
- Me temo que el director va a suspenderla - finalizó Nodoka y apoyó su mano en el hombro de Azusa -. Lo siento, no quería hacer esto, pero debo hacer lo que el director me pide. Debes ir a su oficina ahora.
La escena se paralizó. Nodoka frustrada, Mio triunfante, Tsumugi dolida, Ritsu indiferente, yo confundida y Azusa delatada. Por primera vez sentía que nuestro grupo se estaba dividiendo.
#HoukagoHeartTime
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Houkago Heart Time, a けいおん!! K-ON!! Fanfiction
FanficNo sólo por provocarme ternura era que la abrazaba tanto. Había algo más, algo que descubrí que me encantaba y que me dejaría atada a ella, quizás por siempre. No todo era té después de clases. En plena adolescencia sentimientos nacían, e involucrab...