III.

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Salimos el día siguiente a nuestra primera cita, y el siguiente y el siguiente y el siguiente. Conocí tus miedos, conocí tus sueños y los planes que tenías en mente para lograrlos. Conocí tus gustos y aprendí de ellos para mejorar cada día con el afán de llegar a ocupar gran parte de tu corazón. Conocí las cosas que odias. Conocí las cosas que tenemos en común y las que no. Te conocí, GongChan, y amé conocer cada pensamiento tuyo, cada opinión, cada reacción y sentimiento que habita dentro de ti. Nunca antes estuve tan fascinado con alguien.

Dos semanas saliendo y yo tenía que preguntarlo, escuchar un sí. Planeé muchas cosas, muchas opciones y me imaginé como sería tu reacción a cada una de ellas. Tenía la seguridad de que aceptarías dar el siguiente paso conmigo y hacer oficial lo nuestro.
Al final nada fue como lo planeé, todo salió mal y terminé empapado frente a tu puerta mientras preocupado buscabas con desesperación una toalla con la cual pudiera secarme.
Ese día llovió. Ahora los días lluviosos me recuerdan a ti.
Me prestaste prendas que aún tengo conmigo, quizá en algún momento te las regrese.
Recuerdo que lamentaste no tener chimenea en tu departamento y luego reímos por lo loca e imposible que sonaba esa idea. Cuando nos mudamos juntos te prometí buscar un lugar con chimenea y que cada noche cuando el frío decidiera hacernos compañía, yo te abrazaría y compartiríamos juntos el calor de las llamas. No fue así. Esa chimenea apenas supo lo que era la calidez de un hogar.

Envuelto en una colcha, contigo a mi lado y nuestro calor corporal siendo lo único que podía sustituir a la perfección el calor de una chimenea, te miré a los ojos y me perdí en ellos, observé tus labios y la sonrisa nerviosa que dibujaban. Lo dije.

—GongChan... ¿Quieres ser mi novio?

Me es inefable poder decirte a detalle toda clase de emociones que detecté en tu mirada ese día, pero fue hermoso, y fue hermoso que me besaras a modo de respuesta. Fue hermoso todo el amor que tus labios me transmitieron en ese instante.

—Sí, JinYoung. Quiero estar siempre contigo...

Palabras fuertes para algo que duró tan poco. Palabras débiles para un amor que fue mucho más grande que las mismas. ¿Cómo lo sé? Porque lo sentí, lo compartí contigo y me correspondiste ese sentimiento.
Cada día de nuestra relación admiré el hecho de que una persona como Gong Chan Shik haya aceptado ser pareja de una persona como Jung Jin Young.

Pasé la noche contigo en tu departamento, durmiendo juntos de la manera más inocente que una pareja de novios puede dormir.
Te encontré en mis sueños, recreando una y otra vez esa desastrosa y a la vez hermosa noche bajo las gruesas fibras de una colcha vieja.

Perdón por aparecer mojado ese día y ensuciar el suelo de tu departamento.
Perdón por conservar tus prendas.
Perdón por no pasar el invierno contigo junto a la chimenea.
Perdón por la promesa que nunca cumplí.
Perdón porque aún hay promesas por las cuales pedirte perdón.

P e r d ó n ; JinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora