7.-Darse Cuenta

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¿Cómo puedo concentrarme cuando sé que en unos días saldré a comer con Glenn? Es algo que nunca sabré, me cuesta mucho trabajo seguir el hilo de mis propias ideas en clase. El frió al fin se fue, aunque hay una humedad desagradable después de las lluvias.

— ¿No tomas café hoy?— Sean llega a sentarse junto a mí. Hoy solo estoy comiendo galletas con chispas de chocolate, que de seguro irían de maravilla con un café, pero anoche y apenas pude dormir. De seguro piensan que el café no tiene nada que ver con mi insomnio, y a lo mejor así es, pero no creo que ayude a mi estado de nerviosismo el que ingiera cafeína.

— no, hoy no. creo que comenzare a dejarlo.

— ¡No puedes dejar el café!— la voz escandalosa de Allan hace que de nuevo, todos giren a vernos. Les sonrió apenado. Melody ríe, llevándose una mano a la boca, algunos más solo sonríen. Lo único bueno es que al parecer Allan no ha sido así solo conmigo.

— ¿Por qué no?

— porque es pecado.

— ¡Claro que no!— me quejo, suspirando y mordiendo otra galleta— de todos modos, no quiero café hoy. Me gustaría un jugo de naranja, pero la tienda más cercana aún no estaba abierta.

— Mala suerte— y que lo diga. Casi siempre suelo comprar las cosas que llevare en la mañana por la noche, pero si tengo la cabeza en las nubes es difícil recordar que quiero un jugo de naranja. Ahora que recuerdo ¿Dónde está Glenn? No le he visto hoy. Ah, cierto, nunca nos hemos encontrado a la hora de entrada ¿llego muy temprano? A lo mejor la casa de Glenn no queda tan lejos como la mía y el sí puede darse el lujo de llegar un poco más tarde que yo.

— oye, Jacey ¿Qué has pensado sobre...?

— oh, es Glenn— ¡Si! justo viene entrado. Le sonrió, agitando la mano. Glenn solo me hace un gesto con la cabeza. ¡Me saludo, me saludo!

— ah, olvídalo, hemos perdido a Jacey.

— eh ¿Qué?— Allan ríe, pasándome un brazo por los hombros.

— aquí Sean quiere saber qué había pasado con tu romance oculto por esa persona— me obligo a dejar de mirar a Glenn solo para mirar a Sean, que parece cansado.

— ah, bueno...

— No tiene caso, ya me di cuenta— dice, negando— solo no digas que no te lo dije.

— hey, no estoy haciendo lo de siempre— refunfuño, mirándolo de mala manera. ¿O sea que solo porque lo hice un montón de veces antes ya lo tengo que hacer siempre?

— ¿a no?

— no. Mira, dudo que él tenga los mismos gustos, así que pensé que podía tomármelo con calma un tiempo, ya sabes, conocerle bien y luego ver si se da algo.

— Demonios Jacey ¿Cuándo maduraste?— ruedo los ojos, negando— ya en serio, eso es muy maduro y adecuado de tu parte— me dice Sean.

— Allan ayudo un poco— además, que me tome con calma esto, no quiere decir que no esté suspirando como colegiala enamorada por él.

— no fue nada.

— ah, casi lo olvido. ¿Conocen algo más sobre la comida japonesa?— pregunto, bajando la voz y dando una mirada de reojo a Glenn— algo mas aparte del sushi.

— ¿A que viene eso? Solo es más comida.

— ya se que es comida, solo quiero saber si hay alguna recomendación o algo.

Cuando decir "Te quiero" no es posibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora