10.-De Incomodidad y festivales.

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¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? No se cómo llegue hasta aquí sin darme cuenta ni recordar el recorrido. Estoy muy perdido y en más de un sentido.

— pasa.

— ¿ah? Gracias— siento mi lengua trabada. El lugar parece bonito, nada excéntrico como aquel restaurant, no es más que un complejo de edificios de esos que todos son parecidos. La puerta del Glenn tiene el número 15, y no parece resaltar en nada. Cuando entro, no veo nada, todo está oscuro— ¿Glenn?

— Adelante— escucho su voz pero no puedo verlo. Unos segundos después se enciende la luz. Dentro esta todo ordenado, las paredes todas pintadas de colores claros sin un solo cuadro o fotografías colgadas, una bonita y sencilla sala de color café claro es lo que primero que veo. Glenn camina hasta la única ventana que hay para abrir las cortinas.

— Con permiso— balbuceo, no sé si me escucho. El lugar es pequeño, o quizá adecuado para dos personas. A la izquierda hay una cocina, limpia y ordenada y del lado derecho solo tres puertas y una mesa en la que hay un teléfono y lo que parece una agenda telefónica. Todo es tan... ordenado. De hecho, parece que no vive nadie aquí— ¿tienes mucho viviendo aquí?

— si, algunos años.

— vaya. Es muy... bonito— pequeño a lo mejor, pero es agradable. Me siento muy torpe mientras camino hacia el sofá para sentarme, apenas en el borde. Dios, estoy muy nervioso.

— ¿quieres algo de tomar?

— no, está bien.

— ¿deberíamos comer primero? Tengo hambre, podríamos trabajar mejor después de comer ¿o tienes que irte pronto?

— No, está bien, no tengo nada más que hacer— ¿comer? No sé si poder comer algo con el estómago tan revuelto como lo siento ahora mismo. Lo último que quiero es vomitar— ¿Dónde...?

— ah, no hay mesa— me dice, cuando me descubre buscándola con la mirada. ¿No hay mesa? no iremos a comer en el suelo ¿verdad? ¿Será como en las películas asiáticas?

— ¿en dónde comes entonces?

— Uso la barra— me dice, y lo que yo había pasado por una simple extensión de la cocina es lo que señala como barra.

— oh, ya veo— me rio, una risa nerviosa. No puedo pensar mucho en que hacer ahora, así que solo me pongo de pie con mi bolsa de comida y me dirijo a donde Glenn ya ha dejado la suya— nunca he comido en una de estas.

— una mesa quitaba mucho espacio, y de cualquier modo solo vivo yo aquí, una mesa sería un desperdicio en más de un sentido.

— ah, entiendo— Glenn y yo nos hemos criado de manera muy diferente, eso es algo de que me he dado cuenta con las pláticas que hemos tenido. Nunca me había avergonzado de haber crecido en una familia adinerada, pero ahora siento algo como vergüenza. El olor que sale de la bolsa logra calmarme, y no solo eso, mi estómago parece que no ha tenido comida por días— que hambre.

—...

— ¿Nunca habías hecho un festival escolar?— pregunto, haciendo ruido con la bolsa cuando la arrugo para apartarla.

— no, es la primera vez.

— No es para ponerse nervioso por eso— Ja, mira quien lo dice, si apenas y puedo sostener bien el tenedor para que no me tiemble la mano— es muy agradable.

— ¿si?

— si, además sirve de distracción para todos. Lo importante es hacer que todos se diviertan ese día— Glenn no parece entender del todo lo que digo— ¿nunca hiciste dinámicas cuando estudiaste?

Cuando decir "Te quiero" no es posibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora