Reencuentro.

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Perdonar; hacia tanto tiempo que lo había hecho, amaba a sus padres tanto como amaba a Sora la prueba de ello era que  su hijo sabía de la existencia de sus abuelos, el pequeño sólo tenía tres años cuando pregunto por las personas que ocupan cuadros en las paredes y portaretratos por toda la casa, y él no le pudo mentir,  le explicó a su hijo cuidando siempre que sus palabras fueran las adecuadas para un niño de tan corta edad, le explicó que en ocasiones los adultos se complicaba la vida y discutían por no siempre estar de acuerdo en lo que uno u el otro deseaban y para no dañarse se alejaban un poco, pero que el lazo que los unía era muy fuerte y difícil de romper. Sora siendo un niño inteligente se quedó callado un momento asimilando aquella información y para sorpresa del rubio su hijo le hizo prometer que cuando se "descomplicaran" quería conocer a sus abuelas y abuelos, Naruto no tuvo problemas par aceptar.

Naruto se puso de pie y abrió los brazos como cuando era niño, esperando ser llenados por el calor de su padre.

Minato se mordió el labio inferior y sintió de a poco como los ojos se le inundaban en llanto, su hijo le perdonaba todo, camino hasta llegar a él y le abrazo tan fuerte que terminó por acurrucarse en el delgado cuerpo de su ahora adulto primogénito, había madurado sólo.

Trabajaría duro para redimirse ante los ojos de su hijo.

La tarde transcurrió entre pláticas durante el desayuno, donde no faltaron las preguntas de Sora sobre sus otros abuelos y la vida en Japón, Naruto había llamado a Kakashi para avisar qué Sora no asistiría a clases, contándole sobre su visita sorpresa . La noche les alcanzó y decidieron cenar en casa, una llamada telefónica y tres enormes cajas de ramen estaban servidos ahora en su mesa.

—Veo que no sólo no has superado el amor por el ramen, si no que ahora compartes ese gusto con mi pequeño nieto — dijo Minato con una sonrisa y con el agradable calor invadiendo su pecho al escuchar su propia voz pronunciando nieto en voz alta.

— esch deliciosho abuelito — dijo entusiasmado Sora, con la boca atascada de comida, ganándose un coscorrón de su mamá

—¡cuida tus modales! O tendré que decirle a Iruka que te deje de consentir— amenazó el rubio, como el tenía que ausentarse por el trabajo hasta después del medio día, era el esposo de Kakashi quien cuidaba de él, y le consentida demasiado. Quizá por qué ellos aún no lograban ser padres y entregaban ese exceso de cariño al pequeño Uzumaki Uchiha.

Minato sonreía ante la curiosa escena.

—Padre ¿puedes asegurarte que Sora se cepille los dientes y se coloque la pijama para dormir? Yo iré a limpiar la mesa y enseguida subo— Naru esta feliz y deseaba que su padre disfrutará un poco más con su nieto

—¡Shí! — grito el pequeño azabache— ven abuelo— ¡te mostradé mi habitación!— y comenzó a jalar de la mano  a Minato.

Naruto aprovechó que ambos se perdían rumbo al primer piso y suspiro, eran tan bueno lo que le estaba pasando que se pellizco el dorso de la mano solo para asegurarse —aun me faltas tú para completar el círculo de mi felicidad— susurro para si mismo.

— aguelo ¿puedes contarme un cuento de Japón?

— mmh pues no recuerdo por ahora ninguno — Minato se rasco la cabeza apenado, de pronto sus ojos se tuvieron en una pequeña bola naranja en el marco de la puerta. — ¿es tu mascota?

—No, es de oka-san se llama Kuaama peo eh malo, ¡shu! ¡vete!— Sora agito sus manitos para asustar al zorrito que escondió la cola y bajo las orejitas

Minato recordo la historia del zorro de nueve colas, se levantó y siendo cuidadoso atrajo al cachorro y lo cargo mientras lo acariciaba — te contaré sobre el zorro de las nueve colas—. Naruto que había llegado en ese momento sonrío, ese era el cuento que su padre solía contarle cuando aún tenía tiempo para él, era por eso que no dudo en traer a casa a Kurama cuándo lo encontró vagando, nada más verlo lo transportó directo a esos días donde su padre lo sentaba en su regazo y le contaba como el zorro de nueve colas después de ser despreciado por las personas término por corromper su alma y sediento de venganza destruyó todo aquello que le causó años de sufrimiento, al final el zorro término liberando todo ese odio cuando recibió amor de un pequeño niño.

— woa si guelo cuenta esa hostoia— dijo emocionado Sora.

Naruto se retiró a su habitación para cambiar sus ropas y preparar la habitación de huéspedes para su padre.

A la mañana siguiente todo transcurría de manera normal, Sora debía asistir al parvulario y Naruto pasar al restaurante. Minato después de acompañarles desvío su camino, todavía tenía que informarle a su esposa y madre, además seguro Sasuke estaba esperando por él.

En cuánto entró a la habitación del hotel Sasuke lo recibió ansioso.

— ¿como le fue? ¿estan bien ambos? ¡Diga pronto algo!

— me fue mejor de lo planeado, ambos  están bien y Sora sabe de tí; de todos nosotros, Naruto no le ha ocultado nada y al parecer sabe lo necesario de su relación, tu hijo te adora aún sin conocerte, por lo que Naruto me explicó Sora sabe que estas estudiando en la escuela militar y que la salidas son difíciles, te daré la dirección de la casa. Piensa bien en tus palabras.

"Tu hijo sabe de tí" Sasuke deseo salir corriendo para  buscar a su familia, pero primero debía arreglarse y antes que todo necesitaba la dirección.

Naruto fue directo a la escuela por Sora, entre risas y sosteniendo conos de helado caminaban tranquilos conversado sobre su día, a sólo cinco metros de llegar a casa, Sora dejo de caminar y abrió lo ojos más de lo normal, su escaso helado cayó al suelo y sin decir nada hecho a correr soltando en el proceso la mano de su oka-san. Naruto no tuvo tiempo de pensar, sólo siguió la pequeña espalda de su hijo mientras corría, para cuando los pies de su único hijo parecían volar fue que vio unos brazos levantarlo en volandas... El corazón se aceleró, y sus pies se pegaron al pavimento, parpadeo intentando eliminar con la acción el cúmulo de lágrimas.

—S-sasuke— la quijada le temblaba y un pequeño jadeo salió tan estrangulado que el pecho dolió.

Sus piernas torpes intentaron moverse, pero se sentía tan mareado que de pronto olvidó como es qué se caminaba, no supo como ni en qué momento fue que el también hecho a correr.

Perdón. Espero les guste.

Les mando Love. ❤

IncondicionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora