Era la primera vez que dormíamos juntos. Moría de miedo, pero me encantaba la idea.Me diste una polera ploma y un buzo negro para dormir más cómoda. Tú estabas en pantalones cortos y con un polo sin mangas que mostraban tus brazos perfectamente bien trabajados.
Prendiste el televisor, apagaste las luces y nos acostamos en tu cama.
Te miré y besaste mi frente, "Descansa, pequeña", dijiste mientras me estrechabas en tus brazos.
Besé tu mejilla y me dormí en tu cuello. Olías a gloria.