CAPÍTULO 1

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Era 1998 cuando ocurrió él terrible incidente en la mansión de los Woodward, la noche trascurrió muy serena pero poco después se escuchó por todos lados las sirenas de los bomberos, rescatistas  y policía que se acercaban a el lugar del crimen, de la Fabulosa mansión sólo quedaban las cenizas y su único sobreviviente el hijo de la familia Woodward de tan solo 15 años, Parker woodward.

Pasaron tres años y nadie logro saber el causador de el terrible incendio que acabo con una de las mejores familias de todo Londres, sólo se sabía de una figura sombría vista antes de lo ocurrido por una anciana que vivía cerca de la gran Casa, por otro lado el niño fue enviado a la mansión de su viuda Tía Margareth de Worrington o como ella prefería que la llamaran Madame Worrington, y es en esta casa donde todo comienza.

Narra Parker.

Recuerdo la ultima vez que miré a mis padres y hermana Taylor, era víspera de navidad, el árbol relucía en la sala, mientras mi hermana y yo abríamos los regalos que nuestros padres traían para nosotros, después nos dirigimos a nuestro cuartos, fue la ultima vez que mi madre me dio las buenas noches besando mi frente, fue la ultima vez que mi padre acomodo mi manta para que no estuviera descubierto en la noche, y también la última vez que miré a mi hermana llorando por no querer ir a la cama.

desearía que jamás hubiese dormido esa noche, hubiese deseado que esto nunca pasara. 

Estuve hospitalizado por tres semanas, sólo recuerdo la voz del Medico diciendo que resistiera, después de salir de allí, fui enviando a la Mansión de mi tía Margareth, cuando me encontré allí, saludé como en mis clases me habían enseñado.

– Tenga usted buenas tardes Tía Margareth – saludé a la extraña mujer mirando hacia el frente como en mis clases de etiqueta me habían explicado.

– Buenas tardes – me miró de arriba a abajo con desprecio. – ahora que tus padres han muerto vivirás aquí conmigo, te asignarán un cuarto, y no me digas tía, soy Madame Worrington para ti – terminado esto se retiró.

Una lágrima escapó de mis ojos y corrió por mis mejillas sin avisar, después una mujer me dirigió a una cuarto, donde me hospedaría, lo recuerdo muy bien, era sombrío y muy frío, con una enorme ventana que quedaba con vista a el inmenso jardín de la mansión.

Solo deseaba despertar y que esto fuese una pesadilla, pero no podía cambiar mi realidad, sólo quería llorar y dejar de vivir, esa primera y las siguientes noches nadie me desearía las buenas noches, ni besarían mis mejillas para no tener pesadillas, recosté mi cabeza sobre la almohada y lo único que podía soñar era el momento cuando mi padre me sacó por una ventana y regresó por mi madre y hermana pero jamás volvió, si  hubiese sabido que no los volvería a ver, los abrazaría sólo un momento más.

Al día siguiente Madame Worrington, me levanto quitándome con fuerza las cobijas.

– levántate pequeño holgazán, debes ayudar con todo en la casa– salí de mi cama lo más rápido que puede, y fui tras mi tía, sin pronunciar palabra.– todos los pisos de este salón necesitan un arreglo general para esta noche, habrá una reunión muy importante. – pide a una de sus sirvientes que me entregara una escoba, un trapero, y un cepillo – comienza de una vez, cuando termines habrás ganado tu comida en esta casa, ¡ah!,  y ten cuidado, es mármol y es muy delicado.– se retiró.

Me arrodillo a limpiarlo, cepillo por todos lados, barro en cada rincón hasta que quedo reluciente o eso pensaba yo, pero estoy muy débil  sin comer, y nunca había hecho aseo en mi vida.

La misma mujer que me indicó el cuarto donde pasaría mis noches, se acercó a mi.

– ¿quieres que te ayude?– sólo asentí con la cabeza.

Tomó la escoba y me ayudó a dejar todo excelente.

– ¿Como te llamas? – le pregunto

– Soy Helen  Oslen pero dime Nana, si quieres, todos me llaman así aquí.– dice con una sonrisa amigable. – hemos acabado, vamos a comer ¿ te parece?

– Si por favor, siento mucha hambre – dije con sudor en mi rostro que caía al suelo– lo siento mucho – exclamé al ver mi sudor caer al reluciente piso de mármol.

–No te preocupes – toma el trapero y seca. – listo todo esta bien.

Me llevó a la cocina, y me sirvió una deliciosa sopa.

– Estaba deliciosa la sopa, muchas gracias, eres muy amable.– le Sonrío, al  ver que ya no había nada en le plato.

– Es con mucho amor mi niño.– esa mujer es  un ángel.

Se había llego la noche y Madame Worrington era muy estricta en la hora de dormir con sus empleados y más cuando en su casa se presentaban reuniones importantes.

– Ya saben, todos a sus cuartos  y no se les ocurra salir, no quiero pasar vergüenza – nos advierte a todos, enviándonos a las respectivas habitaciones.

Entré a mi nuevo cuarto, miro la larga ventana que me permite ver la enorme luna que iluminaba tristemente mi cuarto.

Me siento en el marco de la ventana y miro a lo lejos, llorando el nombre de mis padres, sólo quería que volvieran  a vivir, poder abrazarlos una vez mas.

ya muy tarde y cansado de llorar me quedo dormido, soñando con mi familia viva.

El criadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora