Primero, volteó hacia la izquierda. Cerró sus ojos, pero aún se sentía incómodo. Giró hacia la derecha, mas era lo mismo. Yoongi decidió sentarse en la cama. Aún faltaban unos minutos para las ocho de la mañana, y se encontraba ansioso. Había pasado una semana y media desde aquel sábado. Era miércoles, uno muy especial. Había decidido que ese día iría a ver más de cerca al chico que siempre perdía su transporte.
A pesar de que hiciera calor, Yoongi se vistió con una campera con capucha, unos pantalones cómodos y sueltos, y anteojos de sol. Por alguna razón, aún no se sentía con suficiente confianza como para hablarle. Entonces, había decidido que sólo lo seguiría por un rato. Si era visto, quería que su rostro no estuviera tan al descubierto. Quería que la primer impresión que tuviera el chico de él fuera buena, y que eso sucediera en cuanto tuviera algo genial que decir o una manera interesante de comenzar una charla.
Una vez que estuvo afuera, se alegró de ver que aún no había llegado. Cruzó la calle y, cuando estaba por llegar a la parada, oyó el motor de un vehículo que aceleraba y la familiar voz de alguien que corrió a su lado.
—¡ESPERE! ¡POR FAVOR, ESPERE!
El muchacho se rindió luego de haber corrido en vano como todos los días y se sentó en la banca. Yoongi caminó hacia él como si nada. Subió el cierre de su campera hasta arriba, cubriendo su boca; se sentó a su lado y lo miró. El chico tenía sus codos apoyados sobre sus rodillas y la cara entre sus manos. "Vamos, quiero verte de cerca, no me hagas esto", dijo Yoongi en su mente. Como si el chico pudiera leer sus pensamientos, descubrió su cara y suspiró. Abrió su mochila, sacó una botella de agua y bebió un poco. Sin embargo, se detuvo, ya que se percató de que había alguien a su lado. Volteó su cabeza y vio a Yoongi quien, algo sorprendido por haberlo visto cara a cara por primera vez, tragó saliva, nervioso, y se atragantó. Comenzó a toser, haciendo que el chico mirara la botella en sus manos y luego a él, de nuevo.
—¿Quieres un poco?
Yoongi tomó la botella y bebió un largo trago. Una vez que estuvo mejor, se la devolvió.
—¿Estás mejor?
Él asintió con la cabeza, aunque estaba mintiendo. No se sentía mejor. No luego de haber hecho el ridículo frente al precioso chico del autobús... y de haber escuchado su hermosa voz.
—Qué bueno —sonrió—. Oye...
Lo miró de reojo.
—Si planeas estar fuera de tu casa hoy, te conviene quitarte la campera. Podría hacerte mal por el calor.
Yoongi asintió con la cabeza y sonrió de costado, agradecido por el consejo. Antes de que el otro pudiera decir algo más, vieron que el autobús se acercaba. Se paró al ver que el muchacho lo había hecho primero, se subió al vehículo y se sentó en uno de los últimos asientos. Lo observó todo el camino desde allí atrás y, disimuladamente, se bajó en el mismo lugar. Por suerte, el chico no había notado que lo habían estado siguiendo. Yoongi se sorprendió en demasía al haberlo visto caminar hacia la puerta del edificio de la editorial Min. Aquella empresa que, junto con tantas tantas otras, era propiedad de su padre y, en un futuro, de él.
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¿Te llevo? [Yoonmin] ©
FanficCada día, Park Jimin esperaba el autobús en el mismo lugar. Lo que no sabía era que alguien lo observaba desde lejos. Min Yoongi podía no creer en muchas cosas, mucho menos en el amor a primera vista, pero al haber visto a Jimin se dio cuenta de que...