¿Te llevo? [Yoonmin] ©

5 - "Primera cita"

Jimin se encontraba en el trabajo. Casi era la hora de irse. Él estaba feliz por eso, pues podría descansar luego de una larga y cansadora jornada. Estaba guardando sus cosas, cuando escuchó unos golpes en la puerta de su oficina.

—¡Adelante!

La puerta se abrió. Jungkook entró, mostrando una pequeña sonrisa.

—¡Oh! ¡Hola! ¿Qué andabas buscando?

Jimin comenzó a echar un rápido vistazo a los papeles organizados sobre su escritorio que no había llegado a guardar, todavía. De esa manera, en cuanto el muchacho le dijera cuáles necesitaba, podría agarrarlos enseguida.

—No vengo por trabajo, hyung. Quería preguntarte si, después de salir, te gustaría ir a tomar un café conmigo.

Aquella propuesta lo tomó por sorpresa. Jimin tardó un poco en responder.

—Si no quieres--

—¡No! Está bien, vayamos —sonrió—. Además, necesitamos salir un poco de la rutina. Nos hará bien.

Jungkook asintió, feliz, y se retiró de la oficina. No pasó mucho antes de que tuvieran que irse. Cuando el momento llegó, se reunieron en el café más cercano al lugar. Había demasiada gente, pues era un horario en el cual casi todos salían de trabajar. Sin embargo, no dejaba de ser agradable.

—Jamás había venido aquí. Es lindo —dijo Jimin y bebió un poco de la bebida caliente de su taza.

—Sí lo es. En realidad, te invité por una razón.

Jimin lo miró, atento.

—Desde que entré a trabajar en la editorial, todos han sido muy fríos conmigo. No esperaba que pusieran una alfombra roja en la entrada en mi primer día, pero al menos pensé que serían amables. La primera vez que nos encontramos me sentí terrible. Justo había coincidido con la fecha en la cual nos habían avisado del puesto. Por lo tanto, seríamos competencia. Te soy sincero —colocó una mano en su pecho—, creí que el que peor me trataría, serías tú.

—Por favor, ¿Por qué lo haría?

Jimin se sintió culpable. Si bien jamás le había dicho nada malo, lo había pensado. A la vez, se sintió aliviado de no haberle hecho saber lo que planeaba decirle. Jungkook le dedicó una dulce sonrisa.

—Eres el único que es amable conmigo. Te lo agradezco.