William dejo su puesto y ahora pasa su tiempo dedicado a la investigación y a la parte administrativa del programa. Lejos de cualquier cosa relacionaba con los estudiantes o sus notas pero si encargándose de las mejoras pedagógicas dentro del currículo.
Así que una vez todo fue oficial, lo celebramos saliendo a cenar y no a alguien restaurante en las afueras de la ciudad. No, esta vez cenariamos en el centro, William no me había querido decir cual pero si había dejado una caja dorada en la cama para mi después de que salí de tomar una ducha.
Ansiosa, me apresure a abrirla
Y me encontré con un vestido vaporoso de cuello alto y una fina tela sedosa bajo un velo que le daba en efecto de vuelo.
Era de un hermoso color lapislazulí que combinaba con unos pendientes de oro.
Había otra caja, en el suelo, junto a la cama y al abrirla descubrí los hermosos pumps negros con una enorme banda que rodeaba mi tobillo y una hebilla dorada.
Me recordó a las correrás que a veces William usaba en mi.
Con un suspiro contento me puse el vestido y luego, me senté en el hermoso tocador victoriano que William había comprado para mi y ahora descansaba en un rincón de nuestra habitación.
Perdiendome en mis pensamientos recordé todo lo que había visto esta habitación, todo lo que habíamos vivido en ella. Me pregunte si sería suficiente, sabia que las acciones de William, hacer espacio en su casa para mi, dejar su trabajo por nosotros... Todo eso me demostraba que me amaba, pero anhelaba tanto escucharlo. Lo entendía, de todos modos, había un espacio, un vacío que habíamos ignorado pero era como una pequeña capa de hielo que nos separaba. Parecía frágil pero aun no lograbamos derribarla, sabia, con seguridad, que aun tenia reservas en cuanto a él, aun tenia miedo de que forzara mis limites.
Recogí mi cabello en un moño y solo aplique delineador, rímel y un poco de brillo labial.
-estas lista?- William se acerco, colocando sus manos sobre mis hombros desnudos, el vestido cayendo con gracia sobre mi cuerpo.
Inclinando mi cabeza hacia atrás vi sus ojos brillar con diversión.
-si-
Él se veía tan arrebatador como siempre, en un traje negro, DIN corbata ni chaleco y unos zapatos italianos perfectamente lustrados.
-en que piensas, mi dulce Joselyn- pregunto, mientras tomaba mi mano y me ayudaba a levantarme.
-en si alguna vez dejarás de ser menos arrebatador y hacerme sentir todas esas horribles mariposas cada vez que te veo-
William río -no esperes conteniendo la respiración-
-que humilde, profesor-
-solo podrás llamarme así cuando te pongas un sexy y corto uniforme de colegiala y me dejes azotar tu precioso culo sobre mi escritorio y luego follarte-
-y también es un romantico- fingir estar escandalizada cuando en realidad sus atrevidas y sucias palabras habían causado un desastre en mis bragas era mas difícil de lo que se podría imaginar.
El viaje al centro transcurrió en un ameno silencio y una creciente tensión sexual que me encantaba y me frustraba al mismo tiempo.
-tocate para mi Joselyn- murmuro William mientras paramos en un semáforo en rojo -desliza tus dedos por debajo de tu vestido y primero acaricia ese exquisito coño tuyo sobre tus bragas...-
Con la respiración agitada, deje que una de mis manos vagará entre mis muslos mientras con la otra apretaba el muslo de William
Gemi, cuando sentí la tela húmeda en la punta de mis dedos.
-eso es Joselyn- William siguió conduciendo, su mirada de vez en cuando apartándose de la carretera para mirarme -tienta tu clítoris a través de la tela... Eso, así es. Buena chica...-
Solo su voz me tenia jadeando, eso y que seguía su ritmo con mis dedos.
Eso y la rigidez se su cuerpo y cierta zona en particular que mi otra mano había empezado a acariciar me tenían tan cerca de explotar.
-¿puedo?- pregunte en un gemido
-Joder! Si- William gruñó -dame esa preciosa boca-
Quitándome el cinturón me acomode y William alejo el asiento un poco para darme mas espacio. Rápidamente baje su cremallera y verlo de comando me puso aun mas caliente y necesitada.
Pero no lleve su envergadura a mi boca, en cambio, tome sus testículos y juegue con mi lengua mientras mi mano iba de arriba hacia abajo
-Puta mierda!- brazos William tomando un puñado de mi cabello y halándolo pero no lo suficiente para apartarme.
Volví a llevar mi mano libre entre mis piernas y con mis dedos imite los movimientos de mi boca, succione y juguete con sus testículos mientras lo tomaba con firmeza en mi mano, moviéndola rápido.
Gemi
-si- William, gimió -cum, baby. Cum for me-
Escuchar su voz jadeante y llena de deseo fue suficiente.
Deje sus testículos y lleve su miembro a mi boca, mi mano se puso rígida y mis movimientos descoordinados mientras todo mi cuerpo se tensaba al igual que el de William y ambos nos dejábamos ir, envueltos en la lujuria y el morbo del momento.
Líquido caliente bajo por mi garganta mientras el se aferraba con mas fuerza a mi cabello y sostenía mi cabeza en su lugar.
Las arcadas estremecieron mi cuerpo pero ya me había acostumbrado a este lado retorcido que solo se excitaba mas. Y mi orgasmo solo cobro intensidad.
Regresando a mi asiento después de organizar la ropa de William me organice a mi misma y Lamí mis labios.
-JO-DER- william me guiño un ojo, este lado juguetón, travieso y sonriente era uno nuevo de él que cada vez dejaba salir mas a menudo.
-siempre es un placer que usted ocupe mi boca, señor Knight-
William me dio una sonrisa radiante y antes de que pudiera reaccionar, tomo mi mano y llevo mis dedos a si boca, lamiéndolos y succionando.
-tan deliciosa como siempre- comento, volviendo a encender el auto, que no recordaba que hubiera aparcado, y seguimos nuestro camino
Ver el restaurante no me hizo mucha ilusión. Había estado aquí hace un tiempo en la primera conversación que había tenido con Jonathan después de esa noche.
-Es hora de empezar a hacer las paces con el pasado Joselyn y esta sera la primera parada antes de que en realidad podamos empezar a construir un futuro juntos-
Tonando una respiración profunda, asenti.
Esperaba que este fuera el principio y no el final.
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Mine
Chick-LitYo pensé que habíamos atravesado el infierno y que ya era tiempo de disfrutar de nuestro paraíso. Estaba equivocada. Mientras intentamos reconstruir los pedazos de nuestra relación otros demonios acechan en la distancia y no estoy segura si el lazo...