- Hola, pequeña.
Mi cara fue cambiando a peor cada vez que me miraba así, pero Carlos me colocó detrás de él pensando que hubiera sido mejor no haberme llevado a casa de mi tío teniendo en cuenta sus contestaciones y sus caras.
- Disculpe caballero, he de darle una mala noticia.
- Deje de molestarme no me interesa su puta vida, pero una pregunta ¿ Qué hace aquí está "linda" chiquilla?
- Verá... He de decirle que lo sentimos pero... Su hermano ha muerto en un accidente.
No movió ni un músculo de su cara ni de su cuerpo, solo se quedó mirando fijamente a Carlos y cerró la puerta. Todos nos quedamos con una cara bastante extraña.
- Luis, ¿Qué demonios acaba de pasar?
- A decir verdad no lo sé.
De repente abrió la puerta con una cerveza en la mano, me cogió del brazo y me tiró dentro de su casa y dijo:
-Muchas gracias y ahora fuera de mi casa.
Y cerró de golpe, yo me encontraba en el suelo después de que tirará hacia su casa, se giró lentamente mirándome mientras sonreía y yo me retiraba hacia atrás por puro miedo y comencé a llorar.
-Paco no la asustes más.
-Mujer déjame en paz, no la estoy haciendo nada.
-¡TE DIGO QUE LA DEJES EN PAZ COJONES!
-¡VALE NO ME GRITES!
Se alejó murmurando, supongo que se fue muy enfadado, entonces mi tía se acerco ofreciéndome la mano.
-Hola cielo, perdona este espectáculo supongo que ahora estarás asustada ¿Me podrías contar que ha pasado en la puerta?
Y se lo conté mientras me traía algo de comer, al terminar de decírselo agachó la cabeza y se le escapó una lágrima mientras me decía :
-Lo siento cielo, supongo que será difícil para ti.
-Sí, lo es tía.
-Por favor no me llames tía, llámame Margarita o Marga, como prefieras.
-Vale, Margarita.
-Mira, lo mejor será que vayas al cuarto de tu prima y descanses ya te llamaré cuando sea la hora de cenar.
-Vale.
Subí las escaleras pero me paré y bajé a preguntar a mi tía donde estaba la habitación de mi prima, dijo pasillo izquierdo puerta derecha. Fui directa nada más me dijo eso, necesitaba paz después de este día tan horrible y traumatizante.
Llamé a la puerta para no pillar a prima haciendo sus cosas de adolescente, ya que ella me sacaba siete años. Me abrió la puerta y cuando me vió se apartó y me dejó entrar, y se tumbó en la cama, estaba muy cambiada desde la última vez que la vi. Así que decidí empezar un tema de conversación ya que estaba todo sumido en un silencio incómodo.
-Hola Alicia.
-Hola, ¿se puede saber porque mi madre te ha mandado a mi habitación?
Decidi contárselo, y ella se sentó en la cama y segundos después me abrazó, la verdad Alicia era una gran persona, supongo que lo habrá aprendido de su madre.
-No pasa nada, siento lo que te ha pasado sé que no es la mejor casa pero conmigo estarás bien.
-Gracias.
Nos quedamos así un rato, de vez en cuando soltamos alguna lágrima, me daba pañuelos para que me limpiará. Y de repente:
-Chicas la mesa está lista, vamos a cenar.
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La vida es injusta
RandomSilvia sufre un trauma infantil cuando sus padres mueren en un accidente y se queda a cargo de su tío.