Capítulo 5:La Visita

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Aunque cuando vi quien era no me esperaba que me visitara. Era... María, no podía creerlo,  pensé que jamás la volvería a ver. En ese momento la abracé.

—María,  ¿como sabías que estaba aquí?

—Bueno digamos que un amigo tuyo me avisó.

En ese entonces vi a Carlos,  pero una pregunta me recorría la cabeza. ¿Por qué Carlos avisaría a la familia de María de mi ubicación?

—Carlos... ¿Por qué?

—Verás,  he de contártelo... Soy el hermanastro de tu padre.

No sabía que pensar,  a lo mejor me estaba mintiendo,  pero hace unas horas cuando le conté todo fue cambiando su cara a peor,  pero espera,  el sabía mi nombre,  todo encaja. No me había fijado en ese detalle.

—Me alegro de verte pequeña, tenía muchas ganas de conocerte.

—Ya veo... Yo también me alegro.

Entonces interrumpe mi tío. Con un golpe en la mesa y dice:

—No te creas que este es el hermano de mi hermano porque no lo es.

—Perdona no he dicho hermano,  sino hermanastro,  además hablaba con ella.

Decidió callarse la verdad un gesto que no me imaginaba que haría nunca. Y acto seguido,  se acerca Carlos a mi y me besa la frente y dice:

—No puedo quedarme contigo,  ya que no soy el titular que va después de tu padre,  pero me encantaría quedarme contigo.

—Yo...

No quería responderle un sí rotundo delante de mi tío,  por si me intentaba soltar una colleja. Pero la respuesta era un por dios sácame de aquí. Llegó mi tía con café y bollo por si queríamos comer.

—Tomad aquí tenéis.

—Gracias (respondemos todos excepto mi tío).

Cada vez que Carlos hablaba de cosas de mi padre y mi madre,  me resultaba una persona cada vez más extraña. Solo se que es hermanastro de mi padre pero,  ¿como es que mi tío le odia tanto? Bueno ya se que odia todo pero parece muy nervioso con él en su casa. Se siente la tensión en el aire.

—Oye escucha,  necesito que vengas conmigo a comisaría para que hagamos el papeleo y tu tío se haga titular a tu cargo. ¿Vale?

—Vale.

—De aquí no se va nadie.

Mi tío hablaba con si hubiera estado bebiendo,  pero ahora que lo recuerdo se puso vodka en la cena,  así que no me extraña que se comporte así. Carlos se levantó y me dio la mano con gesto de que nos fuéramos, pero mi tío también se levantó de su sitio.

—He dicho que no iréis a ninguna parte.

—Paco,  dejarles irse.

—¡CÁLLATE,  NO ME INTERRUMPAS!

—Señor Rodríguez,  haga el favor de hacerse a un lado.

—No. (se oyó muy bajo,  como si quisiera ocultarlo).

—¿Qué?

—No. No pienso dejar que un asqueroso como tú se la lleve.

—Entiendo que te preocupes pero no voy a...

—¿Preocuparme?JA, no me hagas reír,  la niña no me importa,  solo que no me sale de los huevos dejarte salir.

Carlos me coloca detrás de él,  por si acaso.

—No hace falta que te pongas así.

—¿Cómo qué no? Primero me traes a la mocosa esa sin llamarme ni nada,  después vienes aquí a hincharme las pelotas con que quieres ver a la chiquilla y luego intentas irte de rositas con ella. No pienso consentir eso.

—Y tu no vas a impedir que no me lleve a Silvia así que apartate por favor.

—¡HE DICHO QUE NO TE VAS A IR CON ELLA A NINGÚN SITIO!

La vida es injustaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora