Irina volvió a chillar y agachó la cabeza para evitar darse con una rama. Las ramas la dejaron colgando a un par de metros del suelo y empezaron a crecer, envolverla y apretarla cada vez más. Ella se agitaba e intentaba resistirse, pero lo único que lograba era que la apretasen más.
Elena se quedó en shock durante unos segundos por la sorpresa. Daniel se sobresaltó y casi se calló de espaldas al oír los gritos, sin entender lo que pasaba.
-¿Qué está pasando?-preguntó sorprendido, haciendo que Elena saliera de su shock.
-Pues...no sé...unas...unas plantas la han atrap-¡CUIDADO!-gritó.
Daniel contubo un grito cuando notó que la tierra empezaba a enrollarse en sus tobillos.
-¿¡Qué demonios...!? ¡UA!-empezó a gritar antes de perder el equilibrio y caer de culo. La tierra empezó a subir por sus brazos. Retrocedió entrando en un estado de pánico comprensible: él no veía nada de lo que sucedía, tan solo lo notaba en la piel... creía que eran serpientes, y estas le daban pánico. Retrocedió hasta que chocó contra el tronco de un árbol con la espalda. La corteza del árbol empezó a crecer y rodearle el cuerpo.
-¡DANIEL, USA TUS PODERES!-gritó Irina retorciéndose mientras miraba lo que ocurría en el suelo. Intentó usar sus poderes, pero ella necesitaba hacer gestos y las ramas la inmovilizaban.
-¿¡Estás loca!? ¡Estamos en un bosque! ¡No tengo tanto control!-contestó Daniel mientras forcejeaba.
Mientras, Elena retrocedió un paso, sorprendida. Luego se alejó del árbol que tenía detrás.
Observó las copas de los árboles y vió una sombra que parecía de un hombre. Notó agua fluyendo bajo tierra. Su instinto le dijo que pasaba algo y se giró, extendiendo los brazos. Una cortina de agua se levantó delante de ella, deteniendo un ataque.
-¿Quién eres, por qué nos atacas?-gritó antes de sentirse estúpida. ¡Estaban en Alemania! Las probabilidades de que el atacante supiera español eran una entre un millón.
-No...puedo...respirar-dijo Irina con la voz entrecortada. Elena la miró con el rabillo del ojo, empezaba a ponerse morada. Entonces notó un movimiento detrás suya y, antes de que pudiera reaccionar, alguien la sujetó con fuerza.
Ella se revolvió, al final soltó un grito como los de los karatecas y le dio una patada en la entrepierna.
El hombre dio un grito y la soltó, Elena se alejó de él.
Lo observó rápidamente. Tenía el pelo oscuro (cosa que la sorprendió, pues creía que todos los alemanes eran pálidos, rubios y con los ojos azules), era alto y, cuando levantó la mirada, Elena descubrió unos ojos verdes brillantes que parecían concentrar toda la naturaleza en ellos. Instantes después se volvieron de un tono verde claro más normal.
-A la mierda-dijo Elena. Puso los brazos en jarras,-¡seguro que ni siquiera sabes lo que estoy diciendo! Pero, ¿se puede saber por qué demonios nos atacas? ¡Ni que hubiésemos profanado algo! ¡No hemos hecho más que andar por el bosque!
El hombre se la quedó mirando.
-Spanier- comentó.
-¿Eso es inglés amorfo?-preguntó Elena-¿¡me tomas el pelo!?
-Es alemán-contestó el hombre.
-¿Ha... hablas mi idioma?-dijo Elena sorprendida.
-¿Tanto se nota?-contestó él, sarcástico,-¿qué significa "amorfo"?
-¡Oh! Esto...- Elena se había quedado sin palabras, y no sabía cómo explicar el significado de la palabra.
-Eh, Elena- le llamó Daniel,-creo que Irina tiene problemas, no la oigo moverse.
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Magos Elementales [PAUSADA]
FantasiaSiglo XXI, ¿la magia ha sobrevivido? Un hombre obligado a ocultar sus ojos tras una venda. Una mujer incapaz de poner los pies en el suelo. Un hombre de brazos de piedra. Y una mujer maldita que morirá si se le seca el pelo. Ellos te demostrarán que...