LUZ

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Veo una luz encenderse en mi ser

tu cuerpo colgado pero eternamente vivo

me observa desde un rincón de mi alma

- Ahora existen tantas preguntas -.

Te miro y observo tu rostro placido,

corro hacía ti y abrazándote lloro

ahora y para siempre hermano mío

recorreremos un camino ya trazado

por nuestro Padre y tu me enseñarás

el sabor de la paz, el olor de la libertad

y el llanto de la alegría, pero sobre todo 

me enseñarás a amar.

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Este poema fue uno de los primeros que escribí en 1993, lo encontré hace poco en una agenda perdida en el ático o (el cuarto de los chécheres como le decimos en Colombia).

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