HISTORIAS ALREDEDOR DEL FUEGO

CONFUSION

- ¿Qué estás haciendo?

- Eh, nada...la comida ¿por?

- Te estás comportando muy extraña últimamente, siento que las cosas están cambiando.

- ¿De qué hablas Carlos?, todo está bien...los chicos en el colegio, yo en la casa...tu en tu trabajo, todo muy normal ¿o no?.

- Pues eso creo, pero te has comportado muy fría conmigo hace un tiempo...ya no quieres nada.

- Ay amor, pues estoy cansada ya no tengo 20 años y con todos los problemas que tenemos pues la verdad es que nos está haciendo falta una salidita ¿no te parece?. -Carlos la mira con desconfianza y se aleja-.

- ¿Y le vas a creer? -dice una voz en su oído-.

- ¡Cállate, déjame en paz! 

- Ella te está engañando.

- Eso no es cierto, llevamos 10 años de casados y nunca he tenido un pero de ella...¡¡salte de una vez de mi cabeza!!

- Yo solo soy la voz de tu conciencia...jaja, solo te advierto que ella no es de fiar.

- No puede ser, me estoy volviendo loco...-piensa Carlos y recuerda que todo comenzó el día que en la oficina jugaron con la ouija, después de eso y del susto que se llevaron cuando comenzó a moverse sola fue que comenzó a escuchar esa voz-.  No vuelvo a jugar con esa m...

- ¿Amor, te sientes bien? - pregunta Diana sacándolo de sus pensamientos -.

- ¿Qué? si, si ¿qué quieres?.

- Ven a almorzar.

Sentados a la mesa en silencio compartieron los alimentos, Diana sentía como Carlos la miraba escudriñando cada movimiento como si buscara algo y ella apartaba su mirada, esperaba que no se diera cuenta de lo que estaba preparando, tal vez sea eso; presiente que algo va a pasar y no es el momento que lo sepa todavía, piensa Diana mientras mira por la ventana. 

- ¿En qué piensas amor?.

- Eh no, en nada solo miraba lo bonito que está el día.

- Si, esta bonito...¿qué piensas hacer más tarde?.

- Bueno tengo que pagar unos recibos y luego regreso a la casa, ¿tu vas para la oficina?.

- Si solo venía a almorzar, luego nos vemos amor.

- Hasta luego.

Se despiden y Carlos sale del apartamento, pero la voz no lo deja tranquilo repitiéndole una y otra vez que su esposa lo estaba engañando, desesperado regresa y ve como su esposa sale a la calle y decide seguirla.  Después de un rato ve que entra a un centro comercial  y decide seguirla, cuando ve que se reúne con un hombre al que no reconoce y ve que se saludan efusivamente  no lo puede creer, la voz tenía razón ¡su esposa lo engaña!.

- Te lo dije imbécil, tu esposa no es lo que crees JAJAJA, te vieron la cara de idiota.

- ¡Callate! - no puede ser, piensa - yo confiaba en ella ciegamente y ahora me sale con esto.

Carlos sale corriendo del centro comercial y da vueltas por el barrio en su carro, la voz no lo deja en paz y su ira crece; cuando llega la hora de regresar a casa se dirige hacia su puerta con el firme propósito de vengarse de su esposa, mete la llave pensando que no hay nadie porque no escucha ruido; al entrar todo está oscuro pero una voz le recuerda su realidad.

- Amor...feliz...

- ¡¡¡¡¡¡MALDITA INFELIZ!!!!! - le grita Carlos mientras hunde el cuchillo que tiene en su carro para reparaciones, se escucha el grito de Diana y las luces se prenden de repente...Carlos queda confundido y ve como su familia mira horrorizada como Diana cae al piso con el cuchillo clavado en su corazón.-.  Pero...¿qué pasa?.

- ¡¡¡¿HERMANO QUÉ HIZO?!!! -le grita el hombre con el que Carlos había visto a Diana y se da cuenta que es su hermano, solo que se había dejado la barba-.

- !Ella me engañaba es lo que se merece, yo la vi...YO LA VI! 

- Ella estaba conmigo, nos encontramos para prepararte la sorpresa por tu cumpleaños por eso no te avisé que llegaba de Argentina, ¿te enloqueciste?.

- Pero la voz me dijo que...-Carlos solo tomó su cabeza con ambas manos y vio el cuerpo de su esposa tirado en el piso enloqueciendo por lo que hizo -.

-  Jajajaja, que imbéciles son los humanos...tan manipulables...eso pasa Carlitos por abrir puertas que deben permanecer cerradas, sigue escuchando voces...yo ya cumplí mi misión aquí, los otros vienen y esos no te van a dejar nunca...nos escucharas por siempre.

Desde entonces se escuchan ruidos en el apartamento, un grito y una súplica que no permite que los vivos descansen.