UNA RAZÓN

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Camino sin rumbo mientras la lluvia cae por mi cara, la gente pasa a mi lado mirando fijamente la pantalla de sus celulares...sin fijarse en ningún momento en las personas que los rodean; todos en su cápsula individual donde lo que prima es el yo virtual.  Camino lento mientras la gente zombie va sin rumbo mirando su pantalla sin darse cuenta que la lluvia paro y que el aire antes cargado por el polvo y el smock ahora es un poco más respirable, cierro mis ojos y una lágrima cae por ellos pues recuerdo con nostalgia el tiempo en que podía mirar a los ojos de alguien y sonreirle...pero ahora la gente no se mira entre si.

-  ¿Cuántas historias de amor perdidas porque sus ojos nunca se encuentran? -digo en voz alta, pero como es de esperarse nadie me escucha-.

Sigo caminando viendo los rostros que sonríen con una pantalla blanquecina, oídos tapados por la música que ya no se comparte con nadie, y lo que es más increíble para mí...¿cómo pueden caminar mirando una pantalla sin chocar con los demás o con las cosas que hay en el camino?.  Su visión periférica es algo notable, tal vez se desarrolló en esta nueva generación que mira las cosas con el "rabillo del ojo" y no de frente como se acostumbraba hacer.

- ¿Qué esperabas?, ellos son así -dice una voz detrás de mi-.

Cuando volteo su figura imponente y lúgubre no deja traspasar la poca luz que da una bombilla.

- Ah, eres tu! ¿otra vez metiéndote en mis pensamientos Airón?.

- No puedo evitarlo, lo sabes...los pensamientos de la humanidad inundan mi cabeza cada día y a cada instante; sobre todo los pensamientos de los que me invocan antes de tiempo.

- Pues yo no te he llamado, además una vez fui contigo y regresé victorioso.

- ¿Alguna vez te preguntaste si tanto esfuerzo y dolor valió la pena? 

- Últimamente si me lo he preguntado, pero siempre encuentro algo que me recuerda que valió la pena tanto dolor.

- Vamos se sincero aunque sea conmigo, míralos...parecen hormigas sin reina, cada uno parte de un todo y al mismo tiempo parte de nada; todos dominados por el egoísmo y el desinterés en los demás.

Miro a la gente que camina dispersa, cada uno metido en sus pensamientos o escuchando música o con su celular observando la vida de otros y deseándola para si.  Lo admito me encantaría que todos ellos me vieran en mi forma real, ¿qué pensarían, qué harían...me tomarían una selfie y luego seguirían su camino, hasta eso llegarían?.

- No lo pienses más, por qué no simplemente terminas esto de una buena vez ¿acaso no has esperado suficiente?; ya ni creen en ti...es más ya no saben quién eres tu que es peor.  Equivocan todo, amañan todo y se lucran con eso ¿no te cansa ver como usan el nombre de tu padre para cometer los actos más bajos?, ¡míralos SE NOMBRARON DIOSES! y la tierra gime porque debe inclinarse ante sus deseos.

Noto en su voz como Airón desea la muerte de todos ellos, veo como provoca una reacción a la cual no quiero llegar, al menos no aún.  Sus ojos están clavados en mi esperando una respuesta y en cierta forma mi cabeza me dice que tiene razón, ellos no merecen ni un solo minuto más de vida pero esa decisión no la tomo yo.

- Sabes que eso lo decide mi padre, yo solo espero su orden.

- ¿Entonces a qué has venido, porque caminas entre ellos escondiéndote?

- Tengo esperanza.

- ¿En quién, en ellos? - dice Airón en tono de burla -.  Supe desde un principio que eras ingenuo pero esto es el colmo...vamos hombre ¡MIRALOS!!!, observa como gastan su miserable tiempo en conseguir cosas que no podrán llevarse a la tumba, intentando ser quien no son para conseguir una noche o un momento de pasión...mira como mendigan amor sin saber qué es eso.

Airón toma mi brazo y me obliga a ver a la gente que camina por la calle húmeda por la lluvia, pero en ese momento veo como una niña mira fijamente hacia donde estamos y sonríe.

- ¿Si ves eso Airón?, esa sonrisa...ella me ve y por esa sonrisa tengo esperanza; sé que hay más que pueden verme e iré por ellos y tú tendrás que esperar hasta que todos estén reunidos en ese momento los demás serán tuyos y podrás hacer tu trabajo.  ¡Antes NO!, le digo safándome de su agarre.

Airón vuelve a las sombras de donde salió y yo sigo caminando en busca de sonrisas, de miradas sinceras; de corazones que me vean que la gente zombie pare un segundo para mirar a su alrededor y ver que hay más en el mundo real que en el virtual...si supieran...si solo supieran que ya no hay tiempo, que caminamos en los segundos del reloj que mi padre tiene en su mano.  

Busco con ahínco a quien quiera escucharme, busco debajo de la piedras y dentro de ellas; busco como un mensaje en una botella la mano que quiera tomarla y ver en su interior mi corazón que sangra.  Camino por las calles húmedas y me pregunto ¿por qué me odian tanto?.

HISTORIAS ALREDEDOR DEL FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora