Time to forget

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—Ailiz, no es lo que piensas... —salgo del pequeño trance en el que estoy al escuchar su voz. Esa voz que me encantaba, que adoraba, que amaba. Ahora, todo eso es pasado. Todos esos años, enamorada, se fueron al traste, con esto.

Retrocedo. No quiero escuchar nada de él.

Se adelanta y me toma de la muñeca. Intento zafarme de su agarre, pero es inútil, es más fuerte que yo. Mientras que más lágrimas escapan de mis ojos, trato de poner orden en mi cabeza. Y lo miro...

—¿Pensabas seguirme engañando y luego dejarme? —le pregunto con la voz quebrada.

Piensa antes de hablar y me mira, con lástima. Odio que me tengan lástima.

—La verdad es que no quería que esto terminara así.. —me dice y mira al suelo y luego a mí— pero tú hiciste que sea así...

—¿Perdón? —lo miro asombrada. «No lo puedo creer.»

—No. No, nena. No pidas perdón... ya lo hiciste así. Si no hubieras venido, esto no sería así —me responde tranquilo.

«Vaya...»

—Eres... eres un... —mientras que intento encontrar la palabra correcta, me logro zafar de él y lo empujo en el pecho— ¡Maldito capullo!

Recupero mi postura y cojo la bolsa rota, con el regaIo roto, y se lo tiro. Me volteo y camino lo más rápido que puedo. Pero antes, se me queda grabada la imagen de ellos burlándose de mí. La tonta e ingenua a quién engañaban...

—¡Yo no quería que esto terminara así! —grita Bryan mientras que corro para no oír más su voz.

Y para empeorarlo todo, llueve. ¡¿Es que acaso no puede ser peor?!

Sigo corriendo para llegar a mi casa lo más pronto posible y refugiarme en mi cuarto. Para sentir esa calidez que siempre siento cuando estoy deprimida y triste. Para que mi madre me abrace fuertemente, y me diga que todo estará bien. Y mientras corro, derramo más lágrimas de las que no había derramado antes. «Esto es una pesadilla.» «No, Liz, esto no es una pesadilla. Es la realidad y estás hecha una pena.»

No me di cuenta de que personas me decían: «¡Cuidado!» hasta que vi el auto negro cerca de mí.

Y sentí que volaba... sentí que mi dolor se desvanecía junto conmigo.

Todo se tornó oscuro... escuchaba voces, y luego el sonido de la ambulancia... Y luego escuchaba mi corazón palpitar, el que lentamente quería dejar de hacerlo. Y, sentí que me sumía completamente en un sueño... un profundo sueño.


Distant memoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora