Antes de comenzar, quisiera agradecer a la persona que me hizo la portada ♥
SybellaSandoval, gracias. Me fascina. Y agradecer también por ser la ♠ primera lectora ♠Y ahora sí...
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No. Así no era como tenía que ser. No. Esto está saliendo muy mal. Se suponía que tenía que haber arreglado las cosas con mi novio, no haberlas empeorado. ¡Oh, por Dios! Es que... ¿Tan tonta soy? Eish. Y... ¿Ahora, qué haré? Aishhhh, no sé qué haré, pero empezaré con arreglarlo.
—Cariño —ya llegó mamá, «problemas, problemas y muchos problemas más»—, ya estoy aquí. —«no me digas». Rodeé los ojos—. ¡Ven ayúdame, que he traído compras!
Cómo no. Hoy tocaba comprar los alimentos para toda la semana.
—¡Ah! Mamá ¿cómo te fue? —me fui hasta donde estaba ella. Le sonreí y ella me devolvió la sonrisa—. Por lo que veo, hubieron muchas ofertas.
Ella tan sólo asiente sonriente. Claro, es que ella aprovecha las ofertas. Comienza a caminar y yo le sigo, ambas con dos bolsas muy pesadas en ambas manos. Trato de ver en una y veo un cereal. Trato de sacarlo.
—No trates de sacar eso —me sorprendió.
¿Cómo sabe lo que estaba pensando, bueno, tratando de hacer? No volteó. Y ni siquiera por el rabillo del ojo lo vio o lo trató de ver.
—No lo estoy haciendo. —mentí.
Bueno, estaba a punto. Pero no lo hice. Llegamos a la cocina y dejamos las bolsas.
—Mamá, me preguntaba si no me podrías dar algo de dinero para comprar algo —la última parte fue como un susurro.
—Perdona hija, no escuché lo último. ¿Puedes repetirlo? —respondió mientras acomodaba las compras.
—Bueno... —tragué saliva, si me descubría estaba frita— decía que si me puedes dar algo de dinero. Ya sabes, algo de propina.
—Ah, eso. Está bien. Pero ¿qué vas a comprar? —me atrapó.
Tenía que pensarlo bien si no quería que me descubra.
—Bueno pues —se me vino a la mente una idea— quería comprar un libro —con esta idea podía ir en paz a comprarle algo a mi novio—. Ya sabes que me gusta leer.
Mi madre se lo pensó un poco, mientras que terminaba de acomodar las compras. Me miró con cuidado enarcando una ceja.
—Está bien —ya estaba haciendo mi barra de éxito en la mente—. Pero... —«Ay, no, un pero». Me dije que no iba a ser nada grande— me tienes que prestar el libro para leerlo. Cuando iba en secundaria también me gustaba leer.
—Claro —creo que empecé a sudar de los nervios.
Ay, sólo ésto me faltaba. Que mi madre lea. No sé si sabe que tengo otro plan o en verdad quiere leer el libro que yo me compre.
Bueno, esa solución la iba a pensar después.
Mi madre me da el dinero y yo me voy a mi cuarto para planear lo que haría. Cierro con seguro y comienzo a hacer una tarjeta. No sé si soy tan buena en esto o es que quiero que mi novio esté feliz y por eso me esmero. No sé. Quizá ambas o ninguna. A veces pienso que soy rara. No me di cuenta que a medida que hablaba en mi mente, avanzaba sin saber qué es lo que hacía. Y por poco me sale mal.
Un corazoncito por aquí, otro por acá, otro por allá, otro así, unos brillantes por acá, otros por allá, unos círculos acá, otros allí. Y ya me dolía el culo de estar sentada mucho tiempo. Me levanto para caminar un poco. Veo la tarjeta y aún no está completamente terminada. Le falta algo ... ¡Ah! ¡Ya sé! Unas fotos.
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Distant memories
Random¿Era un sueño? No. No lo era, y lo sabía. ¿Que quién lo sabía? Ella. Ella lo sabía perfectamente. ¿Cuándo comenzó? Comenzó cuando todo terminó. ¿Muchas incógnitas? Ah, eso. Se resolverán en cuanto la conozcas. Es como tú y como yo, pero a la vez no...