whatsapp; alex turner.

12.

Me costó una eternidad levantarme y vestirme, no había dormido especialmente bien esta noche. Llamé a Aaron para pedirle si me podía recoger de paso y llevarme al trabajo. Una vez en el coche no apartó su mirada de mí.

— Pensaba en salir esta noche, ya sabes, de fiesta, y no quiero ir solo — sonrió forzadamente — Sé que no te gustan las fiestas, pero nos lo pasaremos bien. Prometido.

— Está bien — cedí.

Sonrió victorioso y se dirigió a dejarme en el trabajo.

×

Hoy ha habido más ajetreo del normal en la cafetería, pero raramente conseguí salir con más energía que con la que entré. Supongo que tanto jaleo había conseguido despertarme del todo.
Me preparé una hora antes de la hora que me había dicho Aaron y me sorprendí cuando vi que aún faltaba bastante. Pensé en hablar con el Baboso, pero recordé lo frío que había estado ayer y preferí dejarlo en paz. Pensando en el estúpido se me vino a la cabeza Alex. Admitiendo, muy a mi pesar, que ayer me lo pasé bien con él, se me ocurrió pedirle que viniera con nosotros. Así no me quedaría sola cuando Aaron pillara un lío.
Levanté mi perezoso trasero del sofá y fui hasta su puerta para llamarle. Ojalá sólo tuviera que mandar un mensaje.

— Hola — dije cuando abrió con su pelo revuelto y su enorme pijama.

— ¿He hecho algo? — preguntó adormilado.

— Iba a salir ahora con un amigo y me preguntaba si querías ir, pero veo que tienes mejores planes.

Abrió más sus ojos y tosió varias veces. No parecía encontrarse muy bien.

— ¿En serio?

— No me suelo vestir así para dormir — bromeé.

Sonrió levemente y asintió. Me invitó a pasar mientras él iba a cambiarse. Me sentía algo incómoda en ese vestido azul entallado pero como no solía salir tenía que estrenarlo. Aunque debía olvidarme de sentarme mucho esta noche.
En menos de lo que canta un gallo Alex apareció por la puerta con su chaquetita de cuero, sus pantalones ajustados y su pelo lleno de gomina.

— ¿En qué año dices que estamos? — dije yendo a la puerta.

— Calla y vamos.