Inevitable I

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- Allison, llama a tu hermano - pidió el cazador a su joven hija, quien asintió para luego encaminarse a la habitación del antes mencionado.

- Dante, Chris y Victoria piden que vengas - dijo la chica tocando la puerta con delicadeza, la cual fue abierta por un chico de cabello castaño y desordenado, piel nívea, cubierta de lunares, largas piernas, complexión levemente musculada y unos desafiantes ojos castaños.

Dante Argent.

A los cinco años fue adoptado por una familia de Cazadores de lo sobrenatural, provenientes de Francia.

Era demasiado inteligente para olvidarlo, así que siempre tuvo presente que aquel hombre y aquella mujer que le habían dado una casa, comida, estudio, cariño y una vida llena de lujos así como peligros, no eran sus padres.

Sin embargo no pudo evitar encariñarse demasiado con su hija.

Allison Argent.

A la cual amaba como a una hermana, a la cual se juró proteger, al grado de que si tuviese que dar su propia vida por ella, no dudaría ni un segundo.

A decir verdad, Dante Argent no había vivido mal, al contrario, había tenido una extraordinaria infancia, en la cual nada le había hecho falta, ni siquiera amor fraternal, muy a pesar de todo, de no considerar a aquel par de adultos como sus padres, ni podrá negar que les tiene aprecio, que está y siempre estaría agradecido con ellos, le habían criado bien, aun si dentro de su crianza había estado el aprender a asesinar.

Se dirigió al salón junto a su hermana, donde se hallaban Chris y Victoria Argent, ambos tan serios y concentrados en un montón de papeles, lo suficiente como para no necesitar estudiar mucho sus expresiones, pues se dio cuenta de inmediato que lo que fuese que estuviese pasando, era importante.

- ¿Que sucede? - preguntó apoyándose sus codos en la mesa, inclinándose en esta, para poder ver bien a ambos Cazadores, la respuesta no tardó en llegar y se dedicó a prestar atención.

- Encontramos algo que te podría interesar - repuso el hombre con tranquilidad, aunque la forma en la que sus hombros y su espalda se regían dejaba notar cierta tensión - Nuestro próximo destino, Beacon Hills - siguió, tendiéndole una carpeta cerrada al joven.

- ¿Y? - pronunció el joven instandole a continuar, tomando entre sus manos la carpeta que le habían ofrecido, alzó una ceja inquisitiva.

- Abrela - respondió la mujer que parecía ¿dolida?, no supo descifrar la emoción plasmada en su rostro y ante eso su ceño se fruncio aun más, Victoria Argent era una mujer que rara vez mostraba expresión alguna, una mujer de cara gruesa y apariencia imponente, la Victoria Argent que tenía en frente no se parecía en lo absoluto a la habitual.

La abrió entonces, encontrándose con el expediente de alguien a quien no conocía y no le interesaba conocer, pero de cualquier manera comenzó a leer con el objetivo de aclarar sus dudas.

Nombre: Stiles Stilinski

¿Stiles? ¿Eso es siquiera un nombre? ¿Stilinski? ¿Quien carajo se apellida Stilinski?

Edad: 17 años

Bien, esa también es su edad, una coincidencia demasiado normal.

Enfermedad o discapacidad: TDAH (Transtorno de Deficit de Atención con Hiperactividad)

Padres: Noah Stilinski y Claudia Stilinski

Continuó leyendo, sin entender porqué tenía que saber los datos personales de aquel desconocido individuo, continuó en búsqueda de respuestas a la inquietud que sus padres adoptivos acababan de generarle al no hablar.

Continuó hasta llegar a datos escritos a mano con la fina y cursiva letra de Chris.

A pesar de ser un humano común y corriente forma parte de la manada de Beacon Hills.

Vale, aquello era nuevo, nunca había escuchado sobre manadas que llevasen entre sus filas humanos.

Le dio vuelta a la hoja y fue entonces cuando entendió porque aquello le incumbia, sus labios se entreabrieron al dejar salir un suspiro entrecortado, se sintió invadido de una enorme sorpresa que no pudo disimular en lo absoluto, ¿Como iba a poder disimularla ante lo que veían sus ojos?.

Había una foto a color de un chico, pero no era cualquier chico, era uno idéntico a él.

Se volvió tan sólo para mirar a Victoria totalmente estupefacto.

- ¿C..como? -

- En el expediente medico del Beacon Hills Memorial, se indica que Claudia Stilinski dio a luz a tres niños, no uno - respondió la mujer con la cabeza gacha, revelándole los datos de una ardua investigación, pues obviamente, no iban a decirle nada de esto a menos que estuviesen seguros de sus sopechas.

Ato cabos y cada pieza del rompecabezas cayó en su lugar.

Ese chico... ese chico, era su hermano, su familia... la de verdad, una unida por sangre.

Metió los papeles de regreso en la carpeta, cerrandola y dejándola entre sus manos, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta con total decisión, con el corazón latiendo a mil por hora y demasiadas preguntas rondandole la cabeza, preguntas que respondería más tarde, justo ahora no importaba, pues ya todo estaba decidido.

- ¿¡Dante, a donde vas!? - escuchó a Victoria preguntar, su voz se había quebrado y parecía estar a punto de llorar, aun si ya lo sabía, ya había previsto las consecuencias, ya había deducido que su hijo querría buscar a su familia biológica, pero su corazón no lo aceptaría, no si el muchacho no se lo decía.

Dante se detuvo en la puerta sin mirar atrás, enderezó su espalda y retuvo el aliento para poder hablar.

- A buscar a mi hermano -

Esa fue su respuesta, absoluta y fría, salió y cerró la puerta detrás de él, no dispuesto a escuchar nada, no dispuesto a perder tiempo en nada.

Estaba decidido, y nada, nada iba a hacerle cambiar de opinión.

Buscaría a su hermano, buscaría a sus padres y...

¿Que haría después?

No lo sabía, no con certeza.

Pero no importaba.

No mientras su familia siguiese ahí afuera, y él aquí, cuestionando un futuro confuso e incierto.

Tres Almas [Stiles Stilinski] {Con Keelvin_94} EDITANDO/RESUBIENDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora