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Eran las 5 de la mañana, Bakehyun estaba acostado a mi lado tranquilamente dormido. Admiré sus facciones tan femeninas y delicadas. Sus pequeños ojos, su respingada nariz y aquellos bonitos labios, aquello definitivamente no era lo que a mí me gustaba. 

Me senté en la cama y revolví mi cabello, rápidamente me puse de pie, me vestí con lo primero que encontré y salí rápida pero silenciosamente de la casa. Corrí y corrí hacía la casa donde vivían mis antiguos amigos. 

Uno, dos, tres, cuatro, cinco golpes bastaron para que un adormilado Hoseok abriera la puerta, noté como sus ojos se abrieron como platos cuando me encontró de pie frente a su casa, sabía que iba a decir algo porque estaba por hablar, pero simplemente no me resistí.

Me abalancé sobre el y abracé su cuello, pegué mis labios contra los suyos en un tierno y lento beso, me correspondió. Su mano recorrió camino hacía mi cintura y allí se posicionó. Lentamente me separé del beso por falta de aire y admiré su cara. El me sonrió, aquellos ojos que desaparecían cuando sonreía, sus blanquecinos dientes, su nariz, sus cachetes, sus labios; esto era lo que realmente me gustaba.

I can't remember you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora