Sorbet estaba sorprendido de que, el encargado de investigar la base, fuera uno de los anteriores comandantes.
"¡Alguien que sabe la verdad de este lugar! Al fin tendremos un poco de suerte." Pensó.
Los soldados de Voria se turnaban para darle reportes rápidos sobre el lugar, pero este no cambiaba de expresión. Durante todo el tiempo que estuvieron esperando, no quitó la mirada de Sorbet y Tagoma.
Cuando los soldados terminaron, regresaron a sus puestos y la tranquila y seca voz se volvió a escuchar.
-Teniente Sorbet, ¿le importa si tomo el control de su base un tiempo? No haré nada grande, solo necesito acceso al sistema y las instalaciones.- Pidió.
-Por supuesto. Se lo encargo.-
Con eso, Voria centró su atención en Tagoma.
-Tu eres Tagoma, ¿cierto? Asistente del teniente.-
-Si, señor. Es un gusto recibir su ayuda.- Respondió Tagoma con una reverencia.
-Mmm...- Voria lo observó un momento y acentuó su sonrisa. -Arréstenlo.- Ordenó a sus soldados.
Con la orden, los soldados de inmediato rodearon a Tagoma y lo sujetaron para ponerle las esposas. El ni siquiera se resistió ante la confusión.
-¡Espera! ¿Por qué estas arrestando a mi soldado?- Cuestionó Sorbet.
-Si no me equivoco, hay unas celdas que casi no son usadas en el nivel inferior, llévenlo ahí.- Indicó Voria, ignorando la pregunta.
-¡Te digo que esperes! Es mi mejor soldado, no hay razón para que...- La queja de Sorbet fue interrumpida.
-¡Pero la hay!- Exclamó Voria. -Recibí un reporte detallado de las actividades relacionadas con los archivos de la base y todo señala que Tagoma es el único que ha tenido acceso. ¡Está siendo acusado de manipular la información!- Decía casi extasiado.
-Eso es imposible... ¡Tagoma no ha...!-
-¿Podemos hablar en su oficina?- Preguntó Voria.
Se inclinó y coloco la mano en la espalda de Sorbet, indicándole que empezara a caminar.
-Pero Tagoma...-
-¡Estaré bien, señor! Haga lo que tenga que hacer.- Gritó Tagoma, mientras era guiado por los los soldados al nivel inferior.
Cuando entró en la base, perdió de vista a Sorbet y se limitó a andar detrás de uno de los soldados. Llegaron al área de celdas vacías y lo ingresaron a una.
-Estarás aquí hasta que el comandante Voria venga por ti.- Dijo un soldado antes de darse la vuelta y salir con el resto de ellos, dejando a Tagoma solo en el lugar.
Sentado en una pequeña y sucia banca, esperó durante un par de horas, pero Voria no apareció por el; en cambio, se escuchó un ruido metálico contra el suelo a unos metros.
"Probablemente la rejilla de ventilación del pasillo, debe ser un rebelde." Pensó Tagoma colocándose contra la pared.
Se escucharon pasos en dirección a el.
-Vaya, hace siglos que no bajaba aquí. Cuanto polvo.- Se escuchó decir.
Tagoma supo de inmediato quien era, aun antes de que la persona llegara al frente de su celda.
-¡Mardo!- Gritó.
Ya no usaba el uniforme del ejercito, en cambio, traía unos pantalones ajustados y una playera sin mangas de unas tallas más grandes que el.
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¿A quién admiras?
FanfictionConvencido de que su destino es estar al lado del capitán que una vez le salvó la vida, Tagoma dedica su tiempo y esfuerzo para servirle a Sorbet mientras ambos trabajan en el ejercito de Frieza. Pero, ¿lo que siente es verdadera admiración? ¿O acas...