¿Qué quieres?

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Nota molesta: Me di cuenta de que me equivoqué horriblemente con los rangos en capitulos anteriores, culpa de no investigar bien, así que estaré editandolos con el tiempo.

Sorbet no alcanzaba a procesar todo lo que había escuchado. Voria y Mardo ahora serían perseguidos por el ejercito, pero no conformes con su crimen, decidieron llevarse la imagen de Tagoma con ellos.

Pensaba rápidamente en las opciones que tenían, pero pronto terminó recordando el rostro del joven que lo había acompañado desde hace años.

-Señor Sorbet, le hice una pregunta.- La voz de Frieza resonó en la sala, donde los pocos soldados presentes, observaban en silencio.

De vuelta a la realidad, Sorbet trato de formar una oración para responder, pero no lograba que tuviera sentido.

-Lo siento, yo no...- Comenzó a decir, pero de inmediato se quedaba sin palabras.

-Señor, los planetas señalados en el mensaje fueron revisados.- Dijo un saldado, acercándose a Frieza.

-¿Qué tenemos?- Preguntó el emperador, sin quitar la vista de Sorbet.

-En definitiva están confirmados de ser planetas con alto movimiento rebelde, pero el reporte del teniente Voria los marca con mas población de lo que nosotros registramos.-

-Entiendo.-

-¡San, ven aquí!- Se escuchó gritan a Zarbon desde una de las consolas, y el soldado volvió corriendo con el.

Se podía ver que Dodoria y Zarbon apresuraban a sus soldados para revisar toda la lista de nombres que Voria y Mardo habían dado.

De repente, Frieza dejó salir un gran suspiro, recuperando la atención de Sorbet.

-Mentiría si le digo que no estoy enojado con el asunto, señor Sorbet.- Dijo, acomodándose en su silla. -Pero el general Zarbon ya me habló del caso de ese chico, uh... ¿Cómo es que se llamaba?-

-Tagoma, señor.- Respondió Sorbet, inseguro de si debía hacerlo.

-Eso, Tagoma. Zarbon ya me habló de el a detalle, y puedo decir que ese chico está muy apegado a usted.-

-Lo he cuidado desde que era un niño.- Dijo Sorbet, con tristeza en su voz.

Si esto seguía si, las cosas no terminarían bien para ellos.

-Creo que eso es maravilloso.-

Sorbet quedó aturdido un momento. ¿Frieza acababa de decir que era maravilloso? ¿Qué era maravilloso?

-¿A qué se refiere, señor?-

-Ese estúpido bribón rojo, creyó que podría distraerme haciendo que dudara de un soldado en mi propia nave. Probablemente buscaba opacar parte de la información que nos dio.- Dijo Frieza, más para sí que a Sorbet. -¡General Zarbon! Deje de perder el tiempo con sus soldados y vaya a organizar un operativo inmediato para traer a todos los acusados de traición.- Ordenó.

-¡Si, señor!- Zarbon salió corriendo de la sala.

Frieza se levantó de la silla y observó alrededor, a los soldados restantes.

-¡Tu! Eres el asistente de Zarbon, ¿no es cierto?- Preguntó, apuntando al chico que le había informado de los planetas.

-¡Si, señor!- El chico se acercó a el.

-Ve por el soldado asistente del teniente Sorbet y llevalo la sala de conferencias. Quedate con el hasta que recibas nuevas intrucciones.-

-¡Si!- El chico también salió de la sala.

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