capitulo 3: Mi mejor amigo.

86 8 2
                                    

Es el día de las visitas; he decidido hacer algo mejor que solo leer libros en la biblioteca. Martín, el jardinero esta recojiendo hojas en el jardín, parece cansado y se tira en el césped, un pobre anciano y mi único amigo, me acerco a el y a medida que me aproximo su sonrisa crece mas.

- Bonito día, ¿no crees?

- No para mi, me van a despedir de aquí- dice Martín mientras juega con sus llaves-

- ¿Despedir?, no Martín, no!, eres mi único amigo.. ¿que seria sin ti?

-Aun no es seguro -se levanta- solo estoy amenazado.. y estoy viejo para este trabajo 

- No digas eso Martín, pero, ¿por que amenazado?

- Me da pena decírtelo pero eres mi pequeña amiga - me sonríe- le robe una caja de chocolates a la madre Teresa

- Ya veo.. si estas en problemas - le digo a Martín y me quedo pensando en una solución

- Ella tiene muchas, solo tome UNA CAJA

- Haz pensando en hablar con alguien?

- ¿Con quien?- contesta Martín

Al momento de pensar en una respuesta para Martín las campanas de la hora de la comida sonaron. Era hora de comer asi que me despido de Martín, me dirijo al comedor, sentí tristeza por Martín, es solo un anciano y su aspecto empezaba a asustarme: sus uñas y labios parecían azuladas, su cara tenia manchas rojas por todas partes y sus ojos tenían unas ojeras muy marcadas, Martín parece muy afectado.  Camino hacia el comedor y en la entrada me espera Sofia con cara seria y aburrida.

- ¿Donde haz estado todo el día? - dice Sofia al acércame

- En la biblioteca, ya sabes leyendo.

- Te fui a buscar y no estabas- dice Sofia

- Estaba en el baño

- Ana sabes que no me gusta que..- la interrumpo con rapidez

- Shhh.. ya Sofia vamos a comer..olvídalo.

Noto que Sofia me pone los ojos en blanco y en realidad no me importa, sin mas que esperar entramos al comedor o el "gran salón" como lo llaman las monjas, es una sala muy grande, hacia el fondo esta la cocina, una larga mesa de madera donde comemos y una mesa aparte para que coman las monjas. Tomo una bandeja de la mesa y me dirijo a la  cocina, doña Bety esta sirviendo, doña Bety es la cocinera una señora de unos 50 años, es gorda, tiene bigotes y un gigante lunar en el lado derecho del cachete, sin mencionar que suda mucho.

- Caldo de frijoles con tocino- dice doña Bety mientra se limpia el sudor de la cara con su mandil sudado de aceite

- Si por favor

Toma un plato grande y me sirve una cantidad grande de frijoles

- Gracias doña Bety

- Si niña 

Me siento a un lado de Sofia y con tan solo probar el caldo me doy cuenta que no sabe a nada mas que agua, solo hay tres trozos de tocino en la sopa, resulta fácil acostumbrase a este tipo de comidas, nuestra única cena es el chocolate y galletas que nos dan todos los dias al salir de misa. 

Al terminar tengo 1 hora libre, Sofia esta distraída tarareando y jugando con su cabello tomo mi bandeja y me despido de Sofia, le digo que estaré en la biblioteca pero en realidad: tengo un plan.

La casa de Martín esta en el patio de juegos, es una casita de ladrillos con tan solo una puerta y dos ventanas con muchas telarañas.  Me acerco silenciosamente a la pequeña casa, la televisión esta prendida , Martín esta cómodamente sentado en un viejo sillón, hay botellas y basura tiradas por doquier, hay dos camas una esta destendida y en la otra hay una pila de ropa sucia, esta viendo el noticiero y su cuarto es obscuro. hay algo que me llama la atención, cerca de un buro hay un bote de capsulas a su lado un pila de jeringas. Martín parece muy tranquilo, parece que las medicinas han calmado un poco su tristeza. 

Hoy me confesé, tengo que rezar 15 padres nuestros y 10 aves marías antes de acostarme, me pongo mi pijama y me acuesto en mi cómoda cama. Sofia ya esta dormida.

La madre Flor toca las campanas - ¡Hora de levantarse!- tomo una ducha y me pongo el uniforme escolar. La primaria en la que estaba quedaba lejos del orfanato quedaba lejos por lo que nos llevaban en el bus, pero la secundaria en la que estoy queda cerca. Desayuno huevo revuelto y un vaso de juego de naranja, la madre Maria nos acompaña a la secundaria y también y preparatoria, Sofia siempre esta un lado mio acompañándome la escuela no es la gran cosa para mi, no le tomo importancia. Soy muy seria en el salón de clases

Las crónicas de una huérfana. Concurso #WeareWorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora