32.Final/Parte 2.

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Me están temblando las rodillas.

-¿Qué?-dice Austin.

Tiene las cejas muy arqueadas y la boca entreabierta.

A ver como explico yo esto ahora.

-Austin...-miro por la sala, un grupo de gente se ha congregado en un círculo alrededor de nosotros. No veo a Rhydian- No creo que... Tú... Te mereces algo mejor, y yo no puedo hacer esto. Lo siento mucho.

Me aparto con suavidad ¿Dónde está Rhydian?

-Christina... ¿Sabes que estas haciendo?- está susurrando.

Me aparto un poco más.

-¿Me estás diciendo que no? ¿A mí?-su voz se eleva en un grito ¡Tú no puedes hacer esto!

Nunca le había visto así, me choco con alguien, sigo retrocediendo. Creo que estoy empieza a asustarme un poco.

-Lo siento Austin, es que...

-¡Calla maldita perra!-se acerca hacia mí, me está señalando- ¿Quién te crees que eres?

Alzo la mano y le cruzo la cara. ¿Perra?

Se escuchan un par de risas de fondo.

-Cálmate Austin.

-¿Sabes qué? A la mierda. Si no puedo hacerlo al estilo de tu estúpido amiguito, lo haré a mi manera.

Retrocedo un poco más. Me está agarrando muy fuerte del brazo. Me está haciendo daño.

-Suéltame ¿Qué haces?

No veo a Jocelyn por ninguna parte ¿Dónde se han metido estas mujeres?

-¿Truco o trato?-Austin está sonriendo.

¿Desde cuando es un psicópata?

Creo que ahora lo veo. Ahora le veo.

¿Por qué idealicé tanto a Austin? Mi amor platónico.

Ni siquiera es real ahora.

Pensé que Austin era el chico perfecto, un ángel caído del cielo.

Pero nadie es perfecto y él, menos.

-Veamos si puedo hacerle la competencia a Rhydian, sonríe.

¿Qué va a hacer?

Sólo espero que...

-Nadie puede hacerle competencia a Rhydian- dice un chico, desde detrás de Austin- ¡Él es perfecto!

Austin se da la vuelta, quedando cara a cara con Rhydian.

-¿Robar a un ladrón tiene mil años de perdón?-dice Austin, la situación parece divertirle. Como si llevara ventaja.

Rhydian alza las cejas y sonríe de lado, no sin antes lanzarme una mirada divertida.

-No sé. No se me dan bien los dichos, o las frases hechas...- se encoje de hombros- Lo que sea. Yo tengo una pregunta mejor, ¿A qué sabe la tarta?

Austin se abanea levemente hacia atrás y cae al suelo, tiene la cara llena de crema blanca con fresas. Se limpia los ojos con los dedos.

Me giro hacia Rhydian, este todavía mira al chico en el suelo, limpiándose la tarta con las manos de la cara, manchándose más aún.

-¡No veo, joder!

-Pues lo que te estás perdiendo-responde Rhydian, entre risas- Esta corbata me sienta genial.

Empiezo a reír yo también. Rhydian se gira hacia mí, parece que es la primera vez que me ve.

Mi compañero de castigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora