Capítulo 6

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Hinata se dio una larga ducha fría. ¿Qué tenía Naruto que hacía que su sangre literalmente hirviera? Incluso ahora podía sentir el calor de su cuerpo sobre ella.

Sus labios...

—¡Para, para, para!

No era una cría de catorce años sin control de sí misma. Tenía un cerebro y nada de hormonas.

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Naruto bajó las escaleras, maravillado por la brillante luz del sol que entraba por las ventanas.

Con el corazón desbocado, se dirigió a la cocina. Al abrir la puerta de la nevera le sorprendió la frialdad. Alargó la mano y dejó que el aire frío le acariciara la piel.

Se inclinó hacia adelante y rebuscó hasta encontrar una manzana en uno de los cajones inferiores. Lo llevó a la encimera. Cogió un cuchillo largo del soporte, y cortó un trozo.

Se lo introdujo a la boca. Cuando el delicioso jugo inundó sus pupilas gustativas, gruño de satisfacción.

Escuchó un ruido de pasos que descendían por la escalera.

—¡Naruto! —reconoció la voz de Ino que lo llamaba desde el otro lado de la habitación.

—Ya voy —gritó a regaña dientes.

Boto el trozo de manzana que se había devorado. Cruzó la puerta y se dirigió hacia el salón principal. Ino se hallaba de pie junto al estéreo y ojeaba entre la pila de CD'S que descansaban en la mesita de caoba a su lado. No pudo evitar soltar una risita al ver como la rubia movía de un lado a otro sus caderas mientras tarareaba una melodía. Posiblemente la canción que intentaba buscar entre el montón de discos.

Cuando se volvió a verlo, arqueó una ceja.
—¿Te vas a quedar hay parado mirándome el trasero o qué? — inquirió. Se llevó una mano a la cadera y ladeo el cuerpo hacia un lado provocativamente.

Naruto frunció el ceño.
—Ese es el pasatiempo favorito de Sai, no mío —contesto con condescendencia.

Ino se sonrojo.
—Seguro —musito, apenada.

Desvió la mirada y siguió buscando entre los discos. Naruto se echó a reír y se acercó a ella. Tiro de su cabello con delicadeza. Está se volvió a mirarle, avergonzada.

—Sabes que le gustas, Ino —le dijo con cariño.

—Lo sé. Me lo ha dicho ya —le espeto.

—Y bien, ¿qué querías? —pregunto con interés.

—¿Tienes planes para hoy?

—Eso depende. ¿Qué quieres hacer?

—Salgamos un rato —le propuso, con una sonrisa.

Él se apartó.
—¿Salir? —repitió, consternado.

Ino suspiro.
—Sí, salir —se limitó a contestar.

Naruto respiro hondo y cerró los ojos.
—Ino, sabes que no puedo sa... —no pudo terminar de hablar.

—Iremos sólo un rato. Sai y yo queríamos hacer una doble cita — le interrumpió en un murmullo mientras observaba su rostro con cansancio.

—Pero yo no...

—Sakura y Sasuke no quisieron. Dijeron que ya tenían planes — siguió, ignorándolo- Así que, como solo estamos nosotros cuatro, Sai y yo pensábamos que Hinata podría ir contigo –añadió.

Naruto apenas pudo suprimir la ira.
—Te gusta fastidiarme, ¿no?

Ino se llevó una mano al mentón, como si estuviera reflexionando al respecto. Luego se echó a reir, sutil y delicadamente.

|Frenesí|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora