Capitulo 25.

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Hinata está sentada en la cama mientras, al otro lado de la puerta, la vida continúa. Su inquietud se contrasta con el constante movimiento de afuera. Se oye bramar a Kiba.

—Por favor, Kiba, olvídate de tu pelo, y ordena esa dichosa habitación.

—¿Cómo voy a olvidarme de mi pelo? ¡Me lo has dejado todo mal! ¡Eres una pésima peluquera!

Hinata asoma la cabeza por la puerta. Realmente tenía el pelo muy mal.

—¡No te hice el favor para que lo critiques! —le gruñe Sakura.

—¿Alguien ha visto mi espada?

—Sasuke Uchiha, ni se te ocurra ir con tu espada a una cena mañana —le reprende Sakura como una mamá.

Sasuke aparece en la puerta del cuarto de Naruto. Lleva solo unos pantalones de mezclilla y nada en la parte de arriba. Hinata casi escupe el té de manzanilla cuando lo vio.

Si que estaba bien formado.

—Me encanta. Si vieras lo útil que es.

Sasuke se marcha cuando Naruto aparece por la puerta y echa una ojeada.

—Hola —saluda.

Se pone una pausa incómoda. Aparece Gaara, ve lo que está pasando y se queda un momento en el umbral.

—Solo vengo a saber como dormiste y a darte un regalo. Esta mañana me levanté muy temprano. Tu padre también te envía esto...

Hinata acepta la caja y cuando lo abre ve una pequeña botella llena de un extraño y desconocido líquido morado.

—¿Eso es un filtro de amor? —pregunta Sakura metiendo la cabeza en la habitación.

—¿Que significa eso? —pregunta Hinata, confundida.

—Creo que se refiere a esas pócimas de amor —responde Sasuke, revolviendo el armario y tirando la ropa de Naruto por todas partes—. ¡No consigo mi espada!

—¡Deja de tirar mis cosas! —replicó Naruto, cogiéndolo del brazo—. ¡Basta, para!

Sasuke lo empujó para apartarlo.
—¡Cállate! –soltó con gesto desenfadado.

—¿A donde crees que vas, jovencito? —le pregunto Naruto.

—No soy tu hijo, tonto —le pego con un periódico en la cabeza—. No tengo ganas de desayunar —a Sasuke le costó trabajo hablar con educación—. Si me disculpáis, me largo. Tengo que buscar mi espalda.

—No, no te disculpamos —replicó Sakura—. Si casi no has tocado la comida. Siéntate ahí y limpia el plato.

—Ni siquiera estamos en una mesa, déjalo ahí —refunfuño Sasuke—. Que lo vengan a buscar los criados de los Hyuga.

—Los sirvientes de la casa no entran a las habitaciones. Sasuke —esta vez Hinata habló, y se cruzó de brazos.

Sasuke la fulminó con la mirada.
—¡vale! Pero... ¡que lo limpie Sakura!

Antes de que nadie pudiera detenerlo, Sasuke corrió hacia la puerta, mientras Hinata y Naruto reían a carcajadas y Sakura corria tras él llamándolo a gritos con voz cada vez más chillona.

—Entonces, ¿te gusta el regalo?

—Si, me encanta —asiente Hinata—. Aunque no se en que podría usarlo.

Kiba carraspea, llamando la atención.
—Se usa cuando dos personas están disgustadas, por cualquier cosa. No necesariamente genera amor, también hace un efecto en las personas que las calma.

|Frenesí|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora