Capitulo 7

1K 55 18
                                    

Maite y Alfonso ingresaron a la habitación sorprendiendo a las dos mujeres. Any se colocó la bata al ver llegar a Poncho.

—¿Qué ocurrió? ¿Está todo bien? — Preguntó el hombre a Dulce acercándose a Anahí. —¡Dios vine lo más rápido que pude en cuanto Maite me avisó! — Se acercó a Any y la abrazó.

—Está todo bien, ha sido solo una pérdida de sangre, como ya le he dicho a Anahí. Pero, para estar más tranquilos la llevaré a ver cómo están sus bebés — Dulce tomó su maletín y caminó hacia la puerta. —Los espero afuera — Ambos asintieron y tanto Maite como Dulce los dejaron solos.

—¿Estás bien? ¿Está todo bien? — Preguntó horrorizado tomándola de las mejillas. Any asintió.

—No es nada, solo fue un susto. Dulce dijo que todo está bien — Poncho le besó la frente y suspiró aliviado.

—No sé cómo fue que llegué hasta aquí casi a ciegas, me importaba llegar y nada más — Confesó.

—¿Y Paula?

—No sabe, atendí el teléfono yo y me vine sin avisarle. No importa — La tranquilizó sosteniéndola en sus brazos. —Iré contigo — La azafata volvió a asentir.

—Me cambiaré.

—Te espero afuera. ¿Puedes o quieres que llame a Maite? — Preguntó atento.

—Quédate — Pidió —No me dejes sola.

—Estoy aquí. Te espero — Tomó sus manos y la besó, antes de dejar un nuevo beso en la frente.

Veinte minutos después habían salido rumbo a la clínica, donde Dulce vería el estado de los bebés mediante una ecografía.
Maite prefirió esperar en la casa de Anahí dado a que ella ya iba acompañada por quien debía, el padre de sus hijos.
En cuanto Dulce vio a los retoños mediante la ecografía y se aseguró que todo estaba bien, los tranquilizó volviéndoles a mostrar como latían los corazones de esos pequeños.
Volvieron a la casa luego de unos exámenes generales, donde checaron tanto a Anahí como a sus bebés, y todo estaba perfectamente.

Cuando volvieron, Maite esperaba allí, y Alfonso le pidió que se quedara a dormir esa noche con Anahí, y ante cualquier cosa lo llamara sin importar la hora. Y así fue, Maite se quedó pero no hubo ninguna complicación. La cena se había suspendido, la harían otro día.
Para que no sospechara, Maite llamó a Paula comentándole que Any había sangrado y que no podrían ir esa noche, entonces la rubia prefirió cancelar la cena dado a que tampoco sabía donde se había metido Alfonso.

Un tiempo después...

Enero de un nuevo año. Anahí había decidido pasar la navidad y año nuevo lejos de allí, en Londres. Maite y Salvador la siguieron, y allí fue donde los tres festejaron tanto navidad como el comienzo del año nuevo.
Any estaba en tranquilidad allí, no tenía preocupaciones; ni Alfonso, ni Paula, ni esos problemas la agobiaban. Sus hijos, su amiga y su padre adoptivo la acompañaban... y estaba en paz.
Pero tuvo que volver, y tenía que afrontarse a Alfonso... pues no le había dicho que se iría del país, simplemente se fue de un día para el otro antes de que Maite y su padre la siguieran.

Maite y Salvador la dejaron luego de ayudar con las maletas y cosas nuevas que habían comprado en Inglaterra, dejándola descansar.
Pero Any ya había descansado, ahora necesitaba hacer algo. Fue hacia su habitación, se recostó y tomó su celular. Quería hablar con él, decirle que había vuelto... pero tenía miedo a su reacción. Ella había hecho mal, y ahora temía lo que pasaría. Pero... ¿temer por qué? Como mucho Alfonso se enojaría por separarlo de ellos un día tan especial como lo es Navidad, o comenzar un nuevo año... No pasaría nada más. Se decidió y marcó su número.

Dádiva de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora