Dádiva de amor

Capitulo Final

Antes que hicieran nada, Alfonso acercó su cara a la de su mujer y besó su frente, luego sus labios que estaban secos, y acarició su ceño con los dedos.

—Mi amor, estamos por vivir el momento épico de nuestras vidas — Comenzó —Y aquí, quiero decirte que no hay nada que me haga más feliz que ver a mis hijos venir al mundo. Te amo y te agradezco infinitamente esta alegría porque por ti y por nuestros hijos, estoy completo. No necesito nada más que a ustedes en mi vida. Los amo — Susurró —Te amo — Any se emocionó dejando que unas lágrimas salieran de sus ojos.

—Nunca pensé que un proceso como este, una dádiva se convertiría en amor... pero ahora, gracias a mis locuras, te tengo aquí conmigo, para mí, a punto de ser padres — Sonrió emocionada. Dulce ingresó al quirófano y Any la siguió con la mirada —Estamos a minutos de completar nuestra felicidad — Añadió. Alfonso le besó la frente y luego la boca.

—Si la felicidad que siento ahora es inmensa, no quiero imaginar cuando nuestros hijos nazcan — Expresó ansioso. Dulce, luego de esterilizarse toda, llegó hasta donde Anahí se encontraba preparada, acompañada del equipo médico. Los médicos hicieron lo habitual de una operación, controlar latidos, presión, anestesia y demás, mientras Dulce se preparaba para traer a sus sobrinos al mundo.

—Any, es la hora — Anunció —¿Sientes algo?

—Nada, es como si me faltara la mitad del cuerpo — Respondió sin poder mirar a Dul dado a que una sábana le impedía ver la operación.

—Perfecto. Comencemos — Añadió con una sonrisa. Poncho prefirió no mirar, se concentró minuto a minuto en la mirada azul de su mujer que le transmitía muchas cosas a la vez; temor, ansiedad, amor, alegría, cariño... Sostuvo la mano entrelazada con la de Anahí, aquella que no tenía los cables del suero, y con su otra mano desocupada acarició el cabello de su amada, tranquilizándola para que todo pasara rápido.
Tenía ganas de levantar la cabeza y espiar un poco para ver como hacían la operación, pero se acobardó al último segundo y decidió esperar, pues si miraba no iba a poder soportarlo... y no quería perderse el nacimiento de sus hijos por un desmayo.

—Oh aquí veo uno — Habló Dulce con una dulce voz. Entonces Poncho alzó la cabeza y vio como las manos expertas de Dulce María entraban en la barriga de Anahí, haciendo el esfuerzo para, al parecer, sacar a uno de sus hijos. Sin poder evitarlo una lágrima cayó por su rostro al momento que una cabecita con poco cabello se asomaba. Segundos después el rostro de su primer bebé quedaba al descubierto.

—Dios es alucinante — Expresó emocionado. Se acercó a Any y le besó la mejilla, luego volvió la vista hacia su hijo.

—¿Ves algo? — Preguntó Anahí. Y sí veía algo, veía a su primer bebé nacer. Dulce terminó por sacar a ese hermoso bebé.

—Bienvenido Noah — Habló Dulce sonriendo.

—¿Noah? — Preguntó Any. Las lágrimas brotaron incluso antes de conocer a su hijo.

—Es hermoso Any. Es tan bello — Habló Poncho sin quitar la vista de allí. Una enfermera tomó al bebé y lo envolvió, limpiándolo apenas un poco para que su madre lo conociera. Mientras Dulce se ocupaba de la niña. En el instante que la enfermera le puso a su lado a Noah, Anahí no contuvo su llanto de emoción.

—Oh Dios eres tan hermoso — Lloró Anahí —Noah — Susurró. Alfonso le tomó la manito, mientras Any lo acarició y le dejó un beso en su mojada y fría mejilla antes de que la enfermera se lo llevara.

—Aquí viene la princesa — Expresó Dulce. Poncho hizo el mismo proceso que antes, levantar su cabeza para ver nacer a su otra hija. —Está invertida — Explicó. Entonces segundos después Poncho vio como su niña llegaba al mundo al revés. Primero sus piernas, luego su torso y finalmente su cabeza. Diferente a su hermano, ésta tenía más cabello cubriéndole la cabecita. —Y... bienvenida Eve — Congratuló la doctora.