Las risas alegre de los niños mientras corrían unos detrás de otros hacía que el lugar en donde trabaja su esposo fuera tranquilo y acogedor. Era la primera vez que se encontraba allí y se sentía emocionado de verlo en el lugar del que tanto hablaba y amaba —no tanto como a él o al menos eso esperaba—.
—Bueno, Karma es hora de ir... —giró a ver a donde estaba su hijo, pero él ya no estaba allí. Suspiró sacudiendo los cabellos. Se esperaba algo así, pero no tan pronto.
Comenzó a buscar con la mirada a su hijo, no era realmente difícil, el color rojo brillante de su cabello contrastaba mucho con los de los demás. Busco por muchos lugares de la escuela, pero al final al único que logró encontrar fue a su marido.
—Cariño, ¿qué haces aquí? —Kuroko se acercó a él.
—Estoy buscando a nuestro pequeño demonio.
El híbrido conejo dejó escapar una risita.
—¿Sabes donde podría estar? —pregunto Akashi.
Alzó la mirada al cielo y pensó unos momentos.
—Creo que puede estar en la parte de atrás, hay muchos árboles y, por lo tanto, sombra.
—Vamos —tomó la mano de su marido.
...
—¡N...no debiste de hacer eso, Karma-kun! —regaño un pequeño de ojos azules y cabello de igual color mientras intentaba torpemente de limpiar las heridas de su amigo.
Karma, quien estaba sentado con las piernas cruzadas, levantando los ojos al cielo.
—¿¡Qué pasaría si te pasa algo!?...yo...yo... —pequeñas lágrimas comenzaron a caer de los ojos del pequeño.
Hizo una mueca y negando con la cabeza empezó a quitárselas.
—Ya, ya, Nagisa-kun, estoy bien —dijo sonriendo.
Inhalando aire Nagisa dejó, poco a poco, de llorar, pero siguió limpiando la herida de su amigo.
—¡Karma! —escuchó que le gritaba a lo lejos su padre.
Cerró los ojos. Ya sabía lo que pasaría.
—Karma te dije que no te alejaras de tu padre —le regañó Kuroko.
—Lo siento —dijo levantándose.
—¿Qué te pasó? —pregunto Akashi levantándole el mentón para inspeccionarlo.
—¿Te metiste en otra pelea?
—No fue mi culpa, ellos estaban molestando a mi amigo —se cruzó de brazos.
Ambos padres voltearon a ver detrás de Karma y sus sonrisas se agrandaron al ver al pequeño niño de contextura pequeña y largo cabello azul.
—Shiota Nagisa, ¿verdad? —habló Kuroko acuclillándose.
El pequeño asintió rápidamente con la cabeza.
—Ah... eres el famoso Nagisa —Akashi estaba sonriendo más de lo usual.
—Sip —dijo el pequeño poniéndose al lado de él —, él es mi mejor amigo, Nagisa-kun —Karma mostró sus pequeños colmillos.
—M... mucho gusto —hizo una reverencia.
—El gusto es nuestro —dijeron al mismo tiempo.
—Nos gustaría quedarnos más tiempo para platicar, pero es hora de ir a la reunión —se levantó y tomó la mano de su esposo —. Vayamos.
—Vamos Karma —dijo Akashi.
—Voy —contestó comenzando a caminar detrás de sus padres, pero se detuvo al ver que no había nadie caminando al lado de él, giró su cabeza y se dio cuenta que Nagisa seguía en su lugar —. ¿Qué pasa, Nagisa-kun? —extendió su mano —. ¡Vamos! —sonrió.
Nagisa pudo sentir como todo su cuerpo se estremecía y su corazón palpitaba como una locomotora a toda marcha; sus mejillas se calentaron y tuvo que cubrirlas con su cabello. Sin hacer esperar más a su amigo corrió hasta él y cogió su mano.
(Hermoso dibujo❤)
Fin
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Gracias por los leídos, votos y/o comentarios
The_Red_Emperor yaoi_obsesion02 ktaina109 FrutillaDarkStar NekoAndUsagi I_Love_Aka-Kuro NayarethMoyano Lisseo denynic- AliceTsukisima Porolushka 153Scar-Nime-Real edithgmz4
Kayrim
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Enamorándome #PremiosKnB2017
Hayran KurguLos leones ven a los conejos como presas; por lo consiguiente no pueden convivir en el mismo habitad. O eso es lo que pensaba antes Akashi Seijuro. ------- Las imágenes que use para mi portada no son mías yo solo las utilice, créditos para su respec...