Capítulo 3

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"UNA BODA QUE NO ES LA GRAN COSA "

1era Parte

Para cuándo se percató de su incómoda y asesina mirada, éste ya había recurrido a su acostumbrado aumento  de " cínismo" y autenticidad.

«Un grave error que posiblemente fue lo más indicado cometer».

Sabía muy bien lo que hacía. Sin testigos que se interesarán en un pleito conocido solo por ellos mismos, en intenciones altamente intuidas y olfateadas al verse las muecas tan contrarias que gesticulaban sus caras; y en las disimuladas provocaciones que llevaba haciendo desde hace mucho, para hacer caer a un "mojigato de armario".

Ver como esos ojos perdían lentamente su cordura le confirmaba que por más tiempo que pasará, ése de allí aún seguía siendo el mismo niño horrible que conoció tres años antes .

—¿Cuál es tu problema?, ¿Acaso quieres algo de éste cuerpo?.

Fue el chiste de mal gusto que dijo por medio de señas obscenas y palabras mudas que el otro perfectamente entendió.

—Ya déjate de mamadas. Estamos en una iglesia,¡compórtate imbécil!.— Andrés asimiló el mensaje y no tardó en contestarle de la misma forma.

Ramiro siguió haciendo uso de la burla a propósito. Para él,  aquel no era más que un mocoso idiota que vivía solo de apariencias. Y por alguna extraña razón eso le calaba tanto, que le arrastraba a no cambiar su trato con él.

—Sabes que ansías esto y no te culpo sucia y depravada ovejita descarriada .

Andrés se enrojeció de la vergüenza al verle señalando con el dedo índice su parte noble.Lo que causó el inmediato movimiento de su mano mostrándole el dedo de en medio como respuesta.

«¡Idiota!».

Era imposible hablar como una persona normal con él . Sobre todo porque no era del tipo que tomaba las cosas en serio, era más fácil tratar de entender a un perro, que a esa mente tan retorcida.

Pero Ramiro no era como se lo imaginaba, bueno, quizás no del todo. Tan solo se comportaba de manera hostil porque era el único idioma que sabía manejarle desde que se conocían. Para él , Andrés era un "morrillo" que le había parecido siempre tan alzado y entrometido en lo que no le incumbía, que por eso al inicio de cada discusión, verle perder los estribos le producía cierto placer.

—¿Qué?,¿sólo esa ofensa te sabes?. Me decepcionas condenado lechón.


Así es, el mayor le dijo "lechón". Expresión propia de los porcinos, crías que aún necesitan ser amamantadas por sus madres cerdas. Y esa, justamente, era la palabra clave que por motivos personales detonaría dentro de la calma del menor.

—¡Cierra la puta boca!—un grito de fiera se desató sin tomar en cuenta la ceremonia que ya llevaba rato de haber comenzado.

El cura tosió exageradamente para llamarle la atención al muchacho que tras su sonoro y salvaje grito ahora se encontraba afónico.

Luego de unos segundos de sepulcral silencio el ambiente recupero su normalidad. Ramiro estaba que casi se orinaba esforzándose por no soltar sus ruidosas carcajadas. Al final lo volvió a hacer , y el resultado de su "hazaña" era ver el rostro del chico transformado en una desgracia.

—Di lo que quieras— le contestó en su esfuerzo por salir del shock— Sólo está hablando la herida del despecho, porque tú amigo se está casando ahora.

"Las Ruinas De Un Amargo Sabor"-LGBTWhere stories live. Discover now