Capítulo 4

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"Nos resignamos al momento único y feliz. Preferimos perderlo, dejarlo transcurrir sin siquiera hacer el razonable intento de asirlo. Preferimos perderlo todo, antes que admitir que se trata de la única posibilidad y que esa posibilidad es solo un minuto y no una larga, impecable existencia".

Mario Benedetti

"UNA BODA QUE NO ES LA GRAN COSA"

PARTE 2

---¡Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja!--- Felipe rompió a carcajadas por la pésima suerte del azabache, mientras éste otro reposaba en un shock momentáneo.

---¡Vales madre Feli!--- se dirigió disgustado al castaño---¡pinche mal amigo!.--- y enfadado le mostró el dedo corazón.

Feli se sonrío, ya conocía lo dramático que podía ser su mejor amigo.

Andrés terminó de pasar a aquel espacio tan reducido en donde sus dos esmeraldas verdes hablaban por sí solas, comunicándole al moreno cuanto lo odiaban en verdad.

---Y bien,¿a qué has venido pequeño piglet ?.---nuevamente el pesado humor del mayor relucía sin aprender la lección.

---Después de soportar por un tiempo bastante considerable todas tus pendejadas , y de haberme cobrado ese sacrificio de manera justa, sólo vine a ver la mejora que le hice a esa cosa que llamas cara. Ah, y también a traerte esto que te manda mi madre.

Y sin avisar, luego de dejarle caer sobre las piernas una cajita de analgésicos, con menos tiempo de ventaja para el mayor, el joven de cabellos rubios cenizos hizo un segundo movimiento inesperado de gran presión en la zona dañada con otra bolsa con hielos que traía en la mano.

---¡Ahh!, ¡pinche escuincle!.--- el pobre rugía como un león enjaulado .

Pero sin duda, Andrés se estaba divirtiendo. El hecho de poder sacar de sus casillas a ese tipo tan insoportable y prepotente era tan inusual que por eso mismo cuando se daba la oportunidad había que aprovechar.

"A veces ser un mocoso me da como ventaja poder ser insoportable".

La tortura hacía el mayor no duró tanto. Andrés recordó que se había metido en un gran aprieto por la conducta irracional de hace unas horas, y él solo ver a Felipe allí le recordaba su culpa.

---Lo siento mucho.---fueron esas palabras tan sinceras las que salieron de su boca tras unos segundos de silencio.

--- ¿Acaso vienes a disculparte?.Ja, ja, mira nada más, que novedad tan sorprendente.

---¡Cierra la maldita boca!, A ti no te estaba hablando.

---¿Ya viste cómo me dejaste el rostro escuincle cabrón?. A ese güey no le ensartaste el madrazo, sino a mí.

---Si bueno, pero tú te lo buscaste. En cambio Felipe no merecía ese show en su boda. Así que no compares una verdadera desgracia con tu idiotez.

---Ha, ha,¿mi idiotez?. ¿No querrás decir la tuya?.

---¿¡Qué es lo que tratas de decirme?!, ¡dilo!, ¡ahora!.

El explosivo muchacho ya sentía nuevamente hervir su sangre.

---Nada, tranquilo viejo.--- le paró en seco--- Yo solo mantengo mi perfil bajo para evitar volver a ser golpeado por cierta gente a la que le vale madre hacer su teatrito en medio de alguna ceremonia. Ya sabes, algo así como una boda que no es la gran cosa, ¿si me explico?.

"Las Ruinas De Un Amargo Sabor"-LGBTWhere stories live. Discover now