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Pillado por daddy

Con rapidez, cerró la portátil y volvió a subirse el vestido. Se giró lentamente, cerrando sus ojos fuertemente. «estoy muerto» pensó.
Pero, para su sorpresa, cuando abrió sus ojitos, vió el gran cuerpo de su mejor amigo parado, justo en el marco de la puerta.

—H-hyung. ¿Q-que hace aquí? —Tartamudeó, mirándolo con pánico. ¿Cómo es que no se había desmayado aún? Hace solo media hora había visto a su hyung comentar en el directo de JJ, ¿que hacía aquí?

—Es curioso. Estaba viendo el stream de JJ, como todos los viernes. Y, había algo que me extraño, —El azabache lo miró curioso, mientras el castaño comenzaba a caminar por la habitación lentamente, poniéndolo aún más nervioso. —detrás del precioso JJ, estaba el saxofón que dejé en casa de mi pequeño amigo JungKook. —Tomó el instrumento entre sus manos, acariciandolo suavemente. —No te voy a mentir, me puse aún más duro, al siquiera, pensar en que mi inocente mejor amigo vistiera con esos preciosos conjuntos. Si supieras las veces que fantasee contigo. —Susurró, esta vez dejando el instrumento de lado y acercándose al pelinegro, posando su mano en su pequeña cintura.

—T-taehyung... —Tartamudeó, poniendo su mano en su pecho para tomar distancia.

—No Taehyung, recuerda cómo debes llamarme. —Dijo casi como un suspiro, muy cerca de su oído, causándole un escalofríos.
¿De verdad estaba pasando?
¿Taehyung había descubierto su secreto?
¿Él quería que lo llamara daddy?

—Tae, n-no...

—Vamos, bebé. No tengas vergüenza conmigo. Dilo, amor. No querrás que daddy se enfade contigo, ¿o sí?

—Daddy... —Susurro el azabache con un notable sonrojo en sus mejillas. Él no se iba a resistir mucho, Taehyung era su sueño desde que tenía 13 años, y no sería tan tonto. —N-no es lo que crees y-yo... —Trató de justificarse, pero fue en vano, ya que las palabras no salían de su boca. Se sentía tan nervioso.
El amor de su vida, con el que había había fantaseado tantas cosas eróticas incontables veces, estaba pidiendo que lo llame daddy, estaba acariciando su cintura y estaba tan cerca de sus labios que podía sentir su respiración mezclarse con la suya.

—No bebé, no quiero explicaciones. —Desvío sus labios, pagándolos a su oído. —¿Recuerdas lo que dijiste en el directo? ¿Que te encuentre y te folle? —Susurró, bajando la mano que tenía en su cintura hasta su pequeño trasero, acariciándolo suavemente. JungKook asintió. —Te encontré, bebé. —Aprovechó su cercanía para morder el lóbulo de su oreja, arrancándole un debil jadeo.
¿Hace cuanto Taehyung quería hacer suyo a JungKook?
Podía pasar noches enteras sólo soñando cómo lo penetraba con fiereza, cómo sería el sonido de sus jadeos, cómo sabría su nívea piel. Tan perfecto.
Y ahora, en esos momento, lo tenía al frente, vistiento tan sólo un pequeño conjunto que, joder, parecía hecho especialmente para él, porque no se podía explicar con palabras coherentes lo bien que se veía en esas ropas, y las casi incontrolables ganas de follarlo que le entraron al sólo verlo. —Pero, no te follaré. —Se alejó bruscamente de él, dejando de tocar la suavecita piel de su culo.

—T-tae... —Volvió a susurrar, una vez volvió a sus cinco sentidos.

—¿Que te he dicho sobre decirme así? A partir de ahora, soy daddy para ti, amor. —Sonrió, tomando de vuelta su saxofón, para luego volver a acercarse a él. —Nos vamos a divertir mucho con este juego, Kookie. —Besó sus labios cortamente, probándolos, y salió por la misma puerta por la que entró, dejándolo sólo en aquella habitación.

Esto estaba mal, muy mal.
A pesar de haber soñado tanto con que esto sucediera, con que Taehyung por fin lo notara, se sentía mal.
Se sentía mal porque él en verdad estaba enamorado del castaño, y claro que le alegraba que se fijara en él físicamente, pero que quiera sólo "jugar" con él le dolía un poco.
Él quería conquistarlo de todas las maneras posibles, quería ser merecedor de su amor.
Pero vamos, que es Kim Taehyung, él sabía que no pasaría, así que por ahora tenía que conformarse con aquél juego que el castaño había dado inicio.

¿Que podría salir mal?

🔥🔥🔥

Era nuevamente lunes, una nueva semana, con una nueva aventura.

Absolutamente todo el instituto hablaba sobre el extraño término del stream de JJ. Rumores iban y venían por los pasillos, rumores que contaban que habían secuestrado a JJ, o simplemente que su madre lo había descubierto.

Ojalá su madre lo hubiera descubierto.

En vez de su madre, lo descubrió el amor de su vida, un chico con cara de tonto, pero sin duda, es el más caliente de todos.
¿Cómo se le había salido de control todo el tema de los vestidos?
Él recuerda haber visto a su prima con un precioso vestido color crema, y el primer pensamiento del pequeño fue «quiero verme igual de bonito que ella» y ahí se veía, al pequeño JungKook de 14 años robándole conjuntos a su prima de, en ese entonces, 15. Claramente no eran conjuntos tan sexys como los que usaba él actualmente, pero igualmente eran hermosos a su parecer.
Y, cómo todos los días recibía su mesada –por que sí, era y sigue siendo un niño muy mimado por sus padres–, comenzó a ahorrar dinero para comprar sus propias ropas, de sus gustos.

—¿En qué piensas, bebé? —Sintió un cosquilleo en su oído, seguido de un escalofrío que recorrió su espina dorsal. La gran mano del mayor tomaba con posesión su cintura, y su cuerpo estaba completamente pegado al suyo, dejando que pueda reposar su barbilla en el hombro del menor.
—T-tae... —Tartamudeo al sentir las pesadas miradas de las personas en el pasillo. No eran de asco ni mucho menos, eran de asombro, ya que el azabache era, prácticamente, el ángel de aquél instituto lleno de perturbados, y no podían creer lo que veían.

—No, dilo bien. —Sonrió ampliamente, dejando un poco atontado al menor.

—-D-daddy. N-no puedo decirte así en el insti... —Murmuró mientras se giraba, atreviéndose a esconder su carita sonrojada entre sus manos antes de apoyarse en el pecho del castaño, buscando soporte.

—Sí puedes. Quiero que lo hagas, bebé. —Susurró, acariciando su cabello. —Hazlo por mi, amor. —Sonrió, separando al pequeño de su pecho para sostenerlo desde las mejillas.

—B-buenos días, daddy. —Sonrió tímidamente, mientras volvía a abrazarlo por la cintura, restregando su carita por su pecho, como si fuera un lindo gatito. Sentía tanta vergüenza.

Pero le gustaba, le gustaba que Taehyung sea su daddy, y tenía ganas de que le enseñe algunas cosas.

blancos y pasteles ➸ v.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora