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Amor platónico

Entró al instituto, donde todos estaban parloteando sobre el stream que había hecho JJ el viernes pasado, por que sí, JungKook era muy famoso en su instituto, aunque nadie lo sepa.

Él, con sólo 16 años, había provocado muchas más erecciones que un hombre de 32, y eso le encantaba de sobre manera.

—¡JungKook! —Escuchó la voz de su precioso hyung, que venía correteando por los pasillos, empujando a algunos estudiantes.

—Hola, hyung. —Sonrió levemente, ya que sabía de lo que probablemente vaya a hablarle, algo que le decía todos los lunes.

—¿Has visto el stream de JJ el viernes? —Preguntó emocionado

—Esto... No, no lo he visto. —«Lo estaba haciendo» Pensó

—¡Estaba absolutamente precioso! Estaba con un hermoso conjunto rosa y blanco, le quedaba tan bien. Tan follable ese mocoso —Mordió su labio levemente.

Algunos pasaban y miraban con cierta pena al menor, ya que, literalmente, todos se habían dado cuenta que estaba muerto por Taehyung, y siempre lo escuchaban gritar lo bueno que está JJ, haciendo que el corazón de JungKook doliera porque, en realidad, él no era como JJ, él no tenía tanta confianza en sí mismo, no era tan atrevido, y claramente, no se vestía tan bonito normalmente.

—Algún día tendríamos que ver el stream juntos. —Murmuró, pensando en voz alta, y luego miró al contrario con una sonrisa en la cara. —He oído de amigos que se masturban juntos, y yo, siendo tu mejor amigo, ni si quiera te he visto mear. —Bromeó, pasando el brazo por los hombros del azabache.

—No dejaré que veas mi cosita. —Aunque seguramente la conozca de arriba a abajo y podría decir cuantas venas se le marcaban, al igual que muchos chicos del instituto.

—Ah, tan tierno el niño. —Sonrió, mirándolo con cariño. Taehyung tenía 18, y lo veía como a alguien a quien proteger por su pequeño cuerpito, que mostraba ser tan delicado.

Mentiría si dijera que nunca imaginó a ese hermoso azabache bajo su cuerpo, gimiendo gracias a sus penetraciones, con la cara roja y con una capa de sudor cubriéndolo. Ah, tan caliente.

Pero claro, todos esos pensamientos sucios desaparecieron –o no del todo, ya que de vez en cuando le seguía dedicando algunas pajas– cuando se dió cuenta de lo tierno e inocente que el menor era.

Ja.

Si él supiera.

—Tonto —Murmuró antes de dejar un beso en su mejilla e irse a su salón, dejándole a su hyung una muy buena vista de su traserito.

🔥🔥

Era otra vez viernes, y eso significaba una sola cosa: ¡Stream!

El azabache ya estaba preparado.
Esta vez contaba con un precioso vestido que no cubría mucho la verdad.
Era blanco, con pequeños detalles rosas y un moño del mismo color en su pecho, dándole un toque más tierno y sumiso.
Los ligueros que estaba usando tenían forma de un lindo gatito blanco, y se podían notar las orejitas rosas, ajustadas a sus delgadas piernas.

blancos y pasteles ➸ v.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora