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Por favor, daddy.

Cualquiera que estuviera viendo el directo, puede decir que fue el más candente de todos.

JungKook estaba penetrándose con nada más y nada menos que tres dedos, dejando escapar fuertes gemidos, que, aunque fueran sucios, no perdían su elegancia.

Sus dedos eran largos, pero no se comparaban con la gorda polla de su daddy.

Si así disfrutaba sólo con sus dedos, no podía ni siquiera imaginarse lo que sería tener a Taehyung dentro.

Por otro lado, el castaño lo veía mientras se masturbaba con fiereza. Ver a su bebé haciendo tales cosas tan guarras lo ponía a mil y podría correrse con el sólo pensar en introducirse en el estrecho anito del menor.

Y sí, con sólo imaginar al pequeño azabache montando su polla mientras dejaba salir esos sensuales gemidos, se corrió en su mano, lastimando su labio por la presión que hacía con sus dientes.

Y como no, el menor lo vio, decidiendo aumentar la velocidad de ambas manos, masturbándose con fuerza, apresando la punta entre sus dedos, y con un alto y agudo gemido se corrió, manchando la falda que llevaba puesta.

—Nghn, daddy. —Gimió débilmente, mientras levantaba más su lindo traserito. —Mis deditos ya no me alcanzaran~ —Renegó con un tono inocente. Se quedó unos segundos recuperando su respiración, mirando a Taehyung con una pequeña sonrisa en los labios. —Tengo que irme... —Hizo un coqueto puchero mientras contoneaba sus caderas. —Como siempre, gracias por verme otra semana más, y... recuerden que JJ los necesita aquí. —Con una de sus manitos acarició su trasero lentamente, antes de indicarle al mayor que corte la transmisión.

—¿Así que los necesitas allí? —Comentó Taehyung, cruzándose de brazos frente al pelinegro, levantando una ceja.

—N-no, y-yo... —Su cara se tornó roja en cuestión de segundos, y se dio cuenta que volvía a razonar cuando escondió su rostro en sus manitas antes de cubrir su cuerpo lo más que podía.

Con una sonrisa llena de ternura levantó a su bebé del suelo, cargándolo hasta la cama.

—Lo único que necesitas dentro tuyo es mi gorda polla, chiquito. ¿Te gustaría eso? —El menor gimió ante las sucias palabras y las caricias que repartía por sus piernitas. —¿Te gustaría sentirme hasta el fondo? ¿No te gustaría que te folle duro, mhn? —Su voz era mucho más ronca de lo normal, demostrando su excitación.

—S-si... —Susurró apenas.

—¿Sí qué? —Su mano subió a su pequeño pero delicioso culo, amasando la suave carne.

—Sí, daddy. Me gustaría que me haga gritar~ —Gimió, sonrojado. Quería que Taehyung lo toque y lo tome ahí mismo, y si eso significaba ridiculizarse diciendo tales cosas, a él no le importaba. Lo necesitaba.

—Me encantas. —Sonrió complacido al ver lo sensible que era su bebé ante sus caricias.

Sus grandes manos viajaban por el interior de sus muslos, parando brevemente cerca de su miembro, pero sin llegar a tocarla, simplemente rozándola con sus nudillos, provocando que suelte débiles gemidos.

—Amo tus gemidos, bebé. Y aún más cuando yo los provoco... —Susurró cerca de su oído, aprovechando para pasar la lengua por la linea de su mandíbula, pasando directamente a su cuello. —Voy a marcarte, JungKook. Se van a enterar de que eres mío, bonito. —Volvió a hablar bajito y hundió su cabeza en el cuello del menor.

Besó delicadamente su manzana de Adán e hizo un camino de besos hasta llegar hasta su yugular, donde mordió levemente y succionó la piel de ese sector, separándose de vez en cuando para lamerla y volverla a apresar entre sus labios.

blancos y pasteles ➸ v.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora