[16.] Ampulove: los "amantes" de las amputaciones [+18].

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El trastorno /desorden de identidad de la integridad corporal o BIID (sigla de Body Integrity Identity Disorder) es una enfermedad psiquiátrica que provoca en el individuo afectado un irresistible deseo por amputarse una o más extremidades sanas del cuerpo.


Se amputa la pierna porque la odiaba

David Openshaw un australiano de 28 años que sufre Desorden de identidad de la integridad corporal, ha relatado cómo deliberadamente se congeló la pierna para que pudiera ser amputada.

La enfermedad, cuyos síntomas provocan en el individuo afectado un irresistible deseo por amputarse una o más extremidades sanas del cuerpo, le llevó a tomar esta drástica decisión.

Tiene una enfermedad de Desorden de la Identidad de la Integridad Corporal.

El hombre, padre de dos hijos, introdujo su pierna derecha en un barreño con hielo durante horas hasta que ésta estuvo tan dañada que no podía sentirla de rodilla para abajo.

 El enfermo dijo que "odiaba" la pierna desde que tenía cuatro años, pero que ahora se siente encantado con su prótesis.


Historia de Alex Mensaert y su amor por la amputación

[abajo un vídeo del canal de Alex y otro de explicación con más casos, créditos a sus respectivos autores]

Esta es la historia de Alex Mensaert un hombre de 39 años, lo que veremos a continuación más que fascinante es algo bastante perturbador, Alex es un adicto a la amputación. Todo comenzó hace unos 10 años cuando fue atropellado por un automóvil, al despertar en el hospital Alex se dio cuenta que le habían amputado una pierna.

Lo que para cualquiera hubiera sido una experiencia traumática, para Alex fue algo placentero. Tras este suceso, se las ha ingeniado para ir amputando sus extremidades, ha recurrido a cirujanos clandestinos an algunas ocasiones y ha llegado hasta a autolesionarse, en una ocasión congeló su brazo derecho, se inyectó silicona para atenuar el dolor y con un cuchillo de cocina decidió hacer el trabajo de cirujano.

En la actualidad tiene las dos piernas amputadas y su brazo derecho hasta la altura del codo.

Sus ansias por la automutilación no han cesado pero decidió no seguir de momento, por miedo a perder su autonomía.


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