Esa noche fue la primera vez después de mucho tiempo en la que volví a soñar la misma pesadilla, la cual me atormentaba de pequeña todas la noches de la cual no podía escapar y que me atormentaba noche tras noche.
Estaba en un bosque realmente grande y oscuro todo lo que observaba a mi alrededor eran árboles y tierra fue entonces que se escuchó algo en los arbustos curiosa me acerque lentamente con un poco de miedo de que fuera - ¿Está alguien ahí? – Pregunte ya enfrente y observándole.
- ¿Está alguien ahí? – Pregunte nuevamente pero ahora moví un poco el arbusto y no era nadie, pensé que estaba alucinando así que me di la vuelta y lo ignore.
Camine lejos del lugar esperando encontrar alguna casa o cabaña cerca que me podría alojar y ayudar pero no fue mucho el tiempo en el que volví a escuchar algo pero ahora no era arbustos si no que era una respiración una respiración extraña y ajena no me pertenecía a mi trate de no darle importancia pero entre más caminaba más parecía estar cerca, pare y lentamente voltee pero nuevamente no era nadie, ningún animal, ni una persona, nada.
Seguí caminando ignorando todo a mí alrededor pero note que se hicieron más fuertes y altos mientras más caminaba por lo que nuevamente voltee, y si había algo ahí era un señor él estaba volteado, intente no hacer ruido e irme lentamente ya que no era seguro, ¿Por qué alguien estaría en un bosque?
Pero el volteo y vi su rostro él era mayor que yo, su rostro no tenía alguna expresión tan solo me observaba fijamente como si me quisiera decir algo... Se quedó parado por 1 segundo el cual se me hizo eterno pensé que no haría nada por lo que me aleje dándole la espalda pero cuando volví a ver en dónde estaba había desaparecido, se había ido pero tan rápido... No él seguía ahí en alguna parte, por alguna manera lo sabía y trate de irme lo más rápido, no confiaba en nada de esto.
Seguí con mi camino como si nada hubiera pasado, seguía escuchando el mismo ruido pero ya no me importaba porque sabía que volteaba y buscaba no había nada.
Pero fue entonces cuando escuche mi nombre - ¡Elena! Ven no te haré daño... - Decían dos voces realmente extrañas, pero se escuchaban por todos los lados – No tengas miedo –
Susurraban con el lapso de tiempo empezaron a reír algunas fuertes y otras bajas. Voltee desesperada mente a todos los lados pero no era nadie así que decidí seguir mi camino pero cuando voltee tope de golpe con la mirada de aquel señor que había visto, el que despareció solo que ahora me observaba con una mirada realmente penétrame y él estaba sonriendo, una sonrisa realmente grande que me hizo paralizarse de miedo...... De repente algo golpeó mi cabeza fuertemente, me obligo a caer y desmayarme.
Cuando desperté estaba en un lugar oscuro, parecía un cuarto me paré pero cuando hice ese movimiento se vio una luz, me acerque a ella y mientras hacía eso se hacía más y más grande aunque tratara de parar ya no podía había algo de esa luz que me atraía y no iba a simplemente ignorarla. Cuando llegue al final de la luz lo vi....
Vi a aquella niña, sola, triste, infeliz, sin amor, no lo podía creer pero la volví a ver o mejor dicho.
Me volví a ver.
Ella no me veía ella lo estaba viendo a él, aquel señor había aparecido otra vez intente que notara que yo estaba ahí pero ella me ignoro solo lo observaba a él y él a ella de la nada se fue con él trate de detenerla pero no lo logre.
Ella estaba a punto de llegar fue entonces cuando trate de seguirla pero no reaccionaba, mis piernas empezaron a pesarme y caí mis sentidos se estaban yendo, volví a verla y por fin ella me vio pensé que haría algo o me ayudaría pero sólo me observó, una mirada fría y vacía como ella después de esto solo sonrió.
Tomó la mano del señor y se fue... Dejándome sola.
Cuando desperté aún era noche – Solo fue un sueño- Me dije a mi misma para tranquilizarme pase mi mano izquierda por mi cabeza la cual estaba sudando. Me volví a recostar y no tarde mucho tiempo en dormirme.

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Decisión
KorkuEra la 1 de la mañana, como siempre mi hermana pequeña y yo dormíamos tranquilamente después de escuchar todo el día las discusiones de mis padres. Hacía demasiado frío en la habitación y aún tenía los audífonos puestos para no tener que oír a mi pa...