Capítulo 20

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Ya puedo sentir su aliento contra mis labios.

Cuando estoy a punto de borrar la escasa distancia que separaba nuestros rostros, una conversación se instala en mi mente:

-¿Por qué te ha sentado tan mal?

-Bueno... Es que nunca había dado un beso a nadie, y esperaba que la primera vez fuera un beso sincero, no un estúpido juego.

-Eso no era un beso... Solo ha sido un pico. No ha sido con lengua, así que no puede considarse un "primer beso", tranquilo. Aún puedes dárselo a quien de verdad quieras cuando tú quieras.

-¿A quien yo quiera cuando yo quiera? No, no es como si fuera así de fácil.

¿Por qué? ¿Por qué precisamente ahora?

El nudo de mi garganta se intensificaba por momentos ante ese recuerdo. Comienzo a sentir ganas de llorar, y entonces lo comprendo.

-Lo siento - Digo en un susurro alejándome de Ingrid, y sin siquiera esperar su respuesta me doy la vuelta y me marcho.

No puedo... No puedo besar a Ingrid...

Tal como le dije a Raúl, el primer beso debo reservarlo para alguien a quien de verdad quiera, y esa persona no es ella.

Raúl me ha hecho darme cuenta de lo que de verdad siento, eso que me había estado negando hasta ahora. Y que preferiría no sentir.

No puedo ocultármelo. ¿Ese dolor agudo al verle abrazado a esa chica? ¿Las intensas ganas de romper en llanto cuando me acuerdo de ello? ¿Esa inexplicable alegría que noto al hablar con él? ¿O el hecho de que no pueda olvidar aquel pequeño beso, que supuestamente no significaba nada? Todo apunta a una misma explicación.

Me he enamorado.

Cuando me quiero dar cuenta, había regresado a la habitación de donde partí.

Todos seguían ahí: Joaquín, Perxas, Dani, Carlos, Raúl... y esa tía.

Suerte que no había llegado a llorar, porque no me gustaría nada que se dieran cuenta.

-¿Dónde estabas? Desapareciste de un momento a otro sin dejar rastro - Me pregunta Raúl.

-Ehh... Fui al baño y me perdí - Respondo indiferente. No tengo ganas de hablar con él. No después de todo esto.

-Bueno, dejemos eso. Ahora quiero presentarte a Sonia - Ante ese nombre hago una mueca, aunque ella me miraba alegremente - Es mi prima. Llevaba mucho tiempo sin verla, porque como ella sigue viviendo aquí, y yo me mudé a Barcelona, apenas habían podido venir a visitarnos un par de veces - Cuenta Raúl. Pero yo no escuché nada más, porque me había quedado enganchado en una única palabra. "Prima".

Prima, prima, prima, prima, prima, prima, prima, ¡PRIMA!

-¡Encantada de conocerte! - Dice ella sacándome de mi trance. Al instante una sonrisa me ilumina la cara. Pero no por su presentación precisamente.

-¡El encantado soy yo! Es un placer - Le digo como unas castañuelas. Mejor, así no se notaría que hace unos minutos mi estado de ánimo era uno totalmente diferente.

-Su padre trabaja como director de este museo - Comenta Raúl.

-Sí, si queréis que os lleve a ver algo concreto sé bien dónde está cada cosa - Propone Sonia.

Mi cara ante ese comentario debía decirlo todo, pero por si acaso doy una respuesta acorde a mi gesto.

-Gracias, pero creo que he tenido suficiente arte por hoy. Id vosotros si queréis.

Wisplay ~ Una Excursión ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora