Capítulo 50

954 86 52
                                    

Bajamos a desayunar, y realmente agradezco que el ambiente haya mejorado tanto en relación a los anteriores días. Antes era sumamente tenso, ahora por el contrario se respiraba tranquilidad y júbilo.

Una vez terminamos de comer, los monitores nos explican que hoy iremos a Madrid Río, por lo que debíamos prepararnos para salir en media hora.

-¿Qué lugar es ese? - Le pregunto a Raúl mientras vamos de camino a la habitación.

-Es una zona que hay a ambos lados del río Manzanares, donde se pueden hacer distintas actividades: se dispone de instalaciones deportivas, zonas infantiles, espacios verdes, miradores e incluso monumentos.

-Joder, eso son muchas cosas. ¿Pero cómo es de grande?

-Más de 10 kilómetros de longitud - Responde como si tal cosa.

-¡Es enorme! - Exclamo asombrado - No iremos a recorrerlo todo... ¿Verdad?

-Claro que no, lo más seguro es que tengan planeada una serie de sitios cercanos entre ellos que visitar.

-¿Tú ya has estado allí?

-Sí, muchas veces. Es un lugar muy concurrido aquí.

-¿Lo has recorrido entero?

-No, solo partes sueltas. Aunque en general creo que lo he visto casi todo.

-Ahhh - Por algún motivo, cualquier cosa que dijera Raúl me parecía lo más interesante que pudieran contarme. Sobre todo si se trata de su infancia, de la cual no conozco casi nada - ¿Y qué recomiendas?

-Yo solía ir a la pista de skate - Afirma con una sonrisa. Jamás me habría figurado que patinara, pero la imagen mental se me hace muy chula - Aunque seguro que no iremos allí.

-¿Se te daba bien?

-¿Patinar? - Se queda un instante dudando la respuesta - Bueno, no es que fuera el mejor, pero me lo pasaba bien. Aunque desde que me fui de Madrid no he vuelto a pisar una pista. Creo que ya ni siquiera tengo el monopatín.

-Jooo... A mí me hacía ilusión verte - Digo como si fuera un niño pequeño, lo que le hace gracia porque empieza a reír.

-Uno no siempre consigue lo que quiere - Se encoge de hombros mientras me guiña un ojo de forma burlona.

-Enseñame cómo patinas un día, por favooor - Junto las palmas de mis manos en señal de súplica.

-Ya te he dicho que ni siquiera tengo el skate.

-Yo te presto el mío - Ofrezco, por lo que él me mira incrédulo.

-¿Tú tienes?

-El típico regalo de Navidad que se queda sin usar para siempre.

-Entiendo. Me lo pensaré - Le salto en un abrazo. Ya había dado el primer paso, seguro que al final conseguía convencerle.

Cuando ya lo tenemos todo listo, nos dirigimos a donde el bus estaba estacionado.

Durante todo el trayecto interrogo a Raúl sobre cuestiones de su pasado y gustos del presente. Lo cierto es que no nos conocíamos muy a fondo, y eso es algo que estaba decidido a cambiar.

-¡¿Que te caíste al puerto?! - Me pregunta en una carcajada.

-Dilo un poco más fuerte, que creo que los del final no te han escuchado - Me quejo poniendo los ojos en blanco.

-Perdón, perdón. ¿Cómo fue eso? - Dice, tratando de reprimir su risa.

-Pues... Estaba con mis padres caminando por el borde del puerto, y me avisaron que debía tener cuidado con no caerme. Sin embargo, me acerqué demasiado para ver si encontraba algún pez y... al final lo que acabó en el agua fui yo.

-No puede ser verdad - Su risa vuelve con incluso más fuerza - ¿Y cómo saliste?

-Mi padre se tiró al agua también para sacarme... Recuerdo perfectamente cómo todo el mundo se asomaba para observar qué pasaba, pero nadie echaba una mano. Si supieras cómo me riñeron al salir de ahí... Mi padre estaba hecho una furia, y ambos terminamos calados hasta los huesos.

-De ser tu padre yo también me habría puesto así. Es decir, te advierten que puedes resbalarte, y aun así lo primero que haces es caer al puerto.

-En mi defensa diré que cuando estaba bajo el agua abrí los ojos y pude ver un banco de peces - Afirmo mientras me cruzo de brazos.

-No sirve como justificación - Dice negando con la cabeza.

-Pues para mí sí... Además, que eso ya fue hace mucho.

-Eso no quita que sea gracioso y tenga derecho a reírme.

-Qué bonito, mi novio riéndose de mí.

-Pero es que es muy divertido... Un momento, repite eso.

-¿El qué?

-La forma en que me has llamado - Me mira fijamente a los ojos, y yo dudo sin saber a qué se refería.

-¿Novio? - Pregunto al caer en la cuenta.

-Suena tan bonito si sale de tus labios - Me sonríe tiernamente y noto cómo me ruborizo ligeramente.

-Ojalá yo pudiera decir lo mismo... Pero tú no me llamas así - Reprocho frunciendo el ceño.

-¿Es necesario que diga algo que ya sabes? - Vacila con una sonrisa de lado.

-Sí, por favor y gracias - Contesto de manera borde.

-Vale... Pero qué tonto es mi novio - Su risa regresa cuando le golpeo en el brazo fingiendo indignación - Venga, no te enfades.

-Es que solo te metes conmigo - Fuerzo un gesto de molestia.

-Eso no es verdad... También puedo ser cariñoso cuando quiero - Se recuesta sobre mí sumergiéndome en un abrazo.

-Prefiero esta faceta tuya - Afirmo para chincharle. En realidad me gusta todo de él, pero este no era momento para decirlo, ya que solo conseguiría que aumentara su ego.

-Pues van en pack. Es todo o nada - Cedo ante el abrazo y se lo correspondo.

-Entonces... me quedo con todo.

Wisplay ~ Una Excursión ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora