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¡Al fin! Cinco eternas estaciones para poder llegar a la escuela del sueño, caminé poco más de una cuadra desde el metro para llegar, antes de entrar, apareció el auto rojo en el estacionamiento, me escondí detrás de uno de los autos del lado contrario para evitar la vergüenza de encontrar a mis casi-asesinos, asomé la cabeza por la parte trasera de un auto blanco, simplemente por curiosidad.
Logré ver a alguien saliendo de los asientos ubicados atrás del auto, la puerta se abrió hacia arriba y salió un chico...¿Un chico?...es como de mi edad, alto, ojos obscuros al igual que su cabello y unos preciosos labios...¿Qué acabo de decir?
No se veía de por aquí, ya que además del auto, su ropa se veía muy fina y costosa, desde sus tenis de botín, hasta su chaqueta negra en combinación con su camisa y unos jeans rojo fuerte, era un chico muy guapo, pero como dije antes, no tengo tiempo para pensar en esto, mejor hago un plan para evitar al resto.
Entré para buscar mi grupo en las hojas del centro del campus, había demasiada gente por lo tenía que empujar y ser empujado hasta llegar. Clase 2, no está mal, o al menos eso pensé hasta ver el grupo, la mayoría eran nuevos excepto por algunos, los peores del año pasado, Max es el líder, junto con sus camaradas Mike y Anna, un desastre y plaga para la humanidad. Volví al empuje para llegar a mi salón, una vez saliendo de la invasión de personas hice el intento de correr a mi aula y no toparme con ese trío de animales, hasta que me estrellé lo que causó que mi mochila cayera junto con todos mis libros.
-L-Lo siento...- Dije mirando al suelo para recoger mis cosas.
Al tomar un libro conectamos nuestras manos, poniendo la suya por encima de la mía.
-No te preocupes- Escuché con una voz grave y dulce. Subí la cabeza y sentí un pequeño rubor en mis mejillas, era él, ese chico lindo, el casi asesino.
Me quedé atorado en su hermosa mirada, tan profunda y tierna, sentí que el tiempo se paró. Él me hizo una pequeña sonrisa, que al igual que sus ojos, era la vista más perfecta. Pero no, tengo que olvidarme de eso por el momento, arranqué mi libro de su mano y salí corriendo en una dirección que ya ni siquiera recuerdo, no puedo creerlo, ¡La peor vergüenza que he pasado! Pero miraré el lado positivo, hay alguna posibilidad de que no esté en mi misma clase, no me tranquiliza del todo, porque quiero volver a ver su perfección, pero al menos no me sentiré tan incomodo a su lado.

Lo Prometo...Where stories live. Discover now