. . .

15 0 0
                                    

-Y después divides el resultado entre dos- Concluí.
-E...¿Este resultado?- respondió ella con inseguridad.
Asentí con la cabeza y ella realizó la operación temerosa, lo hizo correctamente.
-¡Bien!- dije con una sonrisa de lado.
-¡¿En serio?!-volteo sorprendida y con cierto brillo en los ojos, su parentesco a un niño pequeño me causó un poco de gracia, contuve mi risa y volví a asentir.
Cuando supo que me di cuenta cambio su cara infantil por una mueca y fingiendo algo de tos.
Después de unos segundos ella comenzó a arreglar sus cosas lista para irse, tomó su mochila y se levantó, yo la imité guiándola hacia la salida, volteó para mirarme seriamente a los ojos.
-Gracias, y confía que cumpliré con el pacto- Y se marchó.
Siento que este pacto marcará el inicio de una amistad que aunque no será la más perfecta, podría funcionar de alguna manera.
Subí las escaleras y me recosté en mi cama antes de escuchar una puerta abrirse y unos pasos de tacones que reconozco.
-¡Ya llegué, Hijo!-
-Hola, mamá-
-¡Traje hamburguesas! ¿Quieres cenar ahora?-
-N-No...Gracias-
La verdad no tenía ganas de nada, solo quería volver a dormir y olvidarme del mundo, arregle mi cama y me puse mi piyama, planeo que esta noche sea un maratón de películas y entre sábanas, hoy fue un día muy confuso y sinceramente no quiero ni pensar en lo que pasará mañana con Ethan y Anna por encima de mí.
-Anna:
He llegado al último lugar donde quisiera estar, era como entrar en el infierno, mi propia casa, mientras caminaba veía a algunos niños jugando, las vecinas más viejas hablando a mis espaldas y criticándome, e incluso algunos tipos pervertidos diciéndome tonterías que ya ni siquiera escuchaba, todo para llegar al lugar más escandaloso y horrible que pueda existir, abrí la puerta y si algunos pasos lentos y temerosos, parece que no está aquí por lo que sentí un fuerte alivio, caminé hacia la cocina y revise el refrigerador para ver lo mismo de siempre, cerveza y los restos de comida china de ayer, no me importó y lo calenté para después sentarme en la mesa y pensar, nunca me había acercado así al idiota...Nathan, aún me cuesta trabajo acostumbrarme a abstenerme de mi rol como un demonio del aula, pero me prometí que haré todo lo posible por no ser como el monstruo y lo voy a cumplir pase lo que pase, pero cuando estuve con Nathan, pude percibir algo más, algo sincero, como si no me hubiera ayudado por intimidación, si no más bien por amistad, la verdad logré aprender con el más que con él estúpido del profesor...
No tuve ni tiempo cuando ya escuchaba unos espantosos taconazos aproximándose a la puerta, pero lo peor del asunto es que no venía solo el monstruo, venía con un "amigo", no lo pensé dos veces para correr directamente a mi habitación, tumbarme en la cama y hundir mis oídos en la almohada evitando las asquerosa risas y los besos mientras subían para llegar a su recámara, ya veo el día en el que pueda escapar, a un lugar donde no exista el daño, donde pueda ver el mar todos los días y ser feliz sin prejuicios ni críticas hacia mi apariencia sin siquiera saber de qué estoy hecha, pero sé que para llegar a eso, tengo que esforzarme para no terminar como el monstruo .

Lo Prometo...Where stories live. Discover now